RUSIA EL MOLDE DE UN ENIGMA
Durante muchos años yo caí en la lazada de la fascinación rusa, pegado a mi radio de onda corta donde escuchaba las emisoras de Radio Moscú con un aparato de onda corta que compré en Nueva York cuando era corresponsal de Pyresa. Escribí un libro el año 1993 que ahora trato de dar a la imprenta "Rusia el molde de un enigma. No soy un comunista, soy un español libre de hondas convicciones cristianas que me han llevado a la Ortodoxia bizantina sin renunciar a mi acendrado catolicismo. Rusia es el país de Cristo que porta su cruz en medio de grandes convulsiones y sufrimientos como demuestra su turbulenta historia llena de mártires y de testigos de la Fe. No hay grandes diferencias en la Fe sin embargo yo diría que la ortodoxia es un cristianismo sin dogmas bajo el escudo de la tradición y de su gran liturgia. La ortodoxia habla al corazón mientras el catolicismo romano se dirige al intelecto. En el primero Dios se hace hombre mientras los romanos queremos convertir al hombre en Dios. Luego existen las contradicciones sobre el papado cuya primacía negaron los bizantinos desde Miguel Cerulario. Y en la procesión trinitaria al cantar el credo de Nicea los latinos decimos "qui ex Patre Filioque procedit" El Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo. Los ortodoxos suprimen la conjunción copulativa del "Filioque". Claro es que las diferencias dogmáticas son mínimas En cuanto al sacerdocio los popes del clero regular suelen ser casados pero el monacato ruso es célibe. El cristianismo llegó a Rusia con el bautismo de San Vladimiro de Kiev (Ucrania es parte importante del alma rusa) casi diez siglos después que en Roma. Por regla general entre los rusos no existe esa obsesión sexual que en occidente. El sexto es uno de los diez mandamientos que hay que guardar, no el más importante ni aberrante.
En general la clerecía ortodoxa se divide en dos ramas: clero blanco dedicado al culto de los feligreses y atención espiritual de las parroquias. Y clero negro de los monasterios que siguen la regla de san Padnufo y san Basilio. Su misión es cantar el oficio divino durante muchas horas y el trabajo manual. Los monasterios fueron muy importantes en la irradiación de la fe cristiana sobre todo el de Solovky Optina Pustin. Hacia ellos se dirigían las peregrinaciones de los creyentes porque en estos cenobios solían morar "starzi" (santones) que hacían milagros, doctos en la Escritura y colmados de sabiduría.
Dentro del clero blanco la más alta dignidad era la de los protopresbíteros. Siguen los obispos "archierei" que gobiernan sus diócesis (heptarquías) y las parroquias "prijodi". Cada iglesia está gobernada por un párroco (slavinski) un proto diacono y un diacono (todos ellos debían poseer buena voz) y un sacristán o salmista. Los seminarios eran bursas y allí se preparaban a los candidatos al sacerdocio. Contiguos a la Bursa había conventos de monjas de donde se escogían a las esposas que habrían de casar con los popes antes de su ordenación presbiteral.
En el clero negro de menor a mayor se cuentan los siguientes cargos: posluchnik (lego o donado), monje monak, igumeni (prior), archimandrita (abad), metropolita y patriarca de todas las Rusas. Esta institución fue suprimida por Pedro el Grande que la sustituyó por el Sanito Sínodo como cabeza de la Iglesia, siendo restaurada por Nicolás II y restaurada por Yeltsin después de la revolución
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