FERENTARIOS, ARQUEROS
Y HONDEROS EN DANZA. ES LA GUERRA
Bailábamos el delgo en aquella reunión entusiasmadas. Vino uno y empezó a pegar más voces que un vaqueiro. Los ecos se esparcían por el valle. La vaca marola alzaba la testuz interrogante mientras rumiaba la hierba como preguntando qué ha sido eso.
Doña Pendona bajaba la escalera asustada y
dijo:
─Decís cosas sin ton
ni son porque viene el argavieso y el cabo Valdivieso, ese charolero cuyo hijo
se da aires de ser primero de la clase
─No sus pegís ─
advertía el maestro Clavicarius alzando la palmeta
Los ferentarios preparaban sus maquinas de guerra y los escribas seguían embelesados en sus apógrafos, copia que te copia.
Dicen que la vida es bella pero a mí me parece una cendolilla que se
apaga rápidamente
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