2015-10-17

CEMENTERIO JUDIO DE SEGOVIA EN EL PINARILLO


 






 
 
EL OSARIO JUDÍO DE SEGOVIA

 

 

 

La verdad que en esta hermosa mañana de viernes de vuelta a mi ciudad he sentido un estremecimiento en mi alma a la vista del osario o cementerio judío una lápida en hebreo y en castellano encima la estrella de David. Yo nací justo enfrente de estas mastabas al otro lado del Clamores en la puerta de San Andrés o del Socorro. Algo muy adentro vibró en mí como un latigazo. Casi rompo a llorar recordando vivencias de mi infancia y aquella tarde de febrero cuando camino de la piedad con otros niños vimos a un sacerdote revestido con el efod y envuelto en el paño de oración leer en un breviario mientras hacía genuflexiones de cabeza hasta tocar casi la roca con la cabeza (lo he contado ya en alguno de mis libros) eran los tiempos del franquismo y en el Pinarillo hacía un frío que pelaba. Nadie dijo una palabra. El sacerdote después de rezar a toda prisa plegó su libro recogió su dulleta y desapareció. Enterraban de pie a los hijos de Israel mirando al Este en sepulcros excavados en la roca caliza que eran auténticas mastabas. Durante la baja y alta edad media este era uno de los dos osarios que había en Segovia pero el del Pinarillo era el más importante por la proximidad a la judería vieja entre las Escalerillas de San Roque y la catedral en cuya bajada estaban los obradores de los orífices y los tenderetes de los prestamistas.

La verdad es que a muchos de nosotros, que esperamos el Reino de Dios, nos descorazona la situación en Oriente Medio, la guerra de Siria, que está llenando Europa como resultado de las guerras de Obama. El estado hebreo es hoy una potencia armamentista pero no deja de ser paradoxal que mozos palestinos con hondas y con piedras, sin armas de fuego, se enfrenten al poderoso ejército israelí con un ajuar de combate de última generación. Existe una desproporción que nos hace dudar en parte del espíritu bíblico de nuestras creencias.

Los católicos oramos al Señor en la lengua de Israel. ¿Dónde se queda la más hermosa palabra del idioma hebreo que es “Shalom”? ¿Es lícita la venganza y la ley del Talión para reconquistar unas tierras que pertenecieron a nuestros antepasados?

Puede que las respuestas a tan inquietantes interrogantes la tengan los muertos que yacen en el osario de Segovia. Vana ilusión, afán de poder y de granjería. Todo quedará sumido en el polvo de los huesos dispersos por estas mastabas. Con su prepotencia el estado hebreo se está ganando la animosidad y la antipatía de la opinión pública mundial por más que se empeñen los que dominan el cuarto poder de demostrarnos lo contario. Vivimos, en cierto modo, aterrorizados y acongojados por lo que sucede en nuestro entorno. El odio y la venganza no pueden venir de Yahvé sino de los muchos diablos que pululan por el orbe y Satanás se ha vuelto en nuestros días, anónimo. Opera a compás de sociedad limitada.

 El ángel caído se nos presenta con un rostro anónimo políticamente correcto y hermoso. Eso lo saben muy bien los cabalistas que se queman cada día los ojos leyendo las Escrituras y ofrecen una visión equivocada de los textos  sagrados. Dios es la vida. Nunca puede ser la muerte.  Sin embargo, un ojo en el cielo y otro en el suelo los judíos siempre gozaron en nuestra ciudad de la protección del cabildo. Al obispo le administraban las rentas. Más de un setenta por cierto de la población era de raíz conversa ocupando preminencias en el estatus y escalafón social. Los judíos estaban sometidos a la jurisdicción real y arropados por la iglesia.

 

Después, creo entender a través de mis copiosas recapitulaciones sobre este asunto, venían los pecheros y villanos y lo que se ha llamado en llamar la canalla o chusma. Nadie duda de ese misterio que acompaña a los hijos de David en su peregrinar por la historia. Fueron los patrocinadores del imperio español y a su cargo corrió (siempre fueron excelentes administradores y ecónomos) la obra de la colonización americana e incluso apuntalaron a la iglesia católica cuando esta se derrumbaba a consecuencia de la rebelión protestante del norte europeo. Ahí están las grandes eminencias místicas: teresa de Jesús, Juan de Ávila, Ignacio de Loyola y en literatura el Lazarillo, todo Tirso, Quevedo acaso Cervantes que procedía de una aljama en la raya de Galicia. Algunos en secreto siguieron observando las tradiciones del pueblo elegido otros se exaltaron y quisieron ir más allá, en su catolicismo de bríos nuevos, cayendo incluso en aberraciones como las de los alumbrados. Sea como fuere el caso es que nadie profesó un amor a Jesucristo tan depurado como Teresa de Jesús.

 

Esa santa que nos enamora, nos divierte y nos advierte y nos acongoja, llamando siempre tan castellana al pan, pan y al vino, vino. Se trata ni más ni menos que del espíritu mesiánico que es privativo de la raza de Israel. Dudo sin embargo que el sionismo de Teresa de Cepeda y Ahumada sea el mismo que el de Benjamín Netanyahu o del propio Ben Gurion quien en la declaración de independencia evitó pronunciar ni una sola vez la palabra Yahvé (yo soy el que soy) y sólo se refirió a la Roca de Israel. Una roca como la de este viejo osario judío de mi pueblo que hoy me hizo estremecer. Prorrumpí en un kadish, con la recitación del salmo 62:

 

Oh dios tú eres mi dios/ a quien busco con denuedo/ sedienta está mi alma de ti/como tierra árida sin agua/ porque tu misericordia es mejor que la vida/

 

Impávida, alta solmene, ebúrnea la torre excelsa de la catedral segoviana nos miraba. Yo escuchaba el murmullo lejano de las aguas del Clamores, fecundando los tablares de las huertas entre las peñas con alientos de eternidad. Corrían las aguas de nuestra segunda corriente fluvial ajenas a nuestras discusiones por causa de los odios religiosos o las efervescencias políticas. Que poco tienen que ver con el Israel que nos enseñó a rezar y cuyos salmos cantamos. Dejemos que los muertos entierren a sus muertos. Ahora comprendo también lo que me declaró a mí una vez la señora Golda Meir en una conferencia de prensa: “Para un judío España no es un país como otro cualquiera”.

Cierto que acusamos en nuestra pereza mental a Israel de nuestros males: las guerras de Oriente Medio y sus anhelos expansionistas que están destruyendo naciones como Siria o Iraq pero todo este agobio y congoja ¿no vendrá determinado por nuestra poltronería, nuestro paganismo, ese hedonismo materialista que nos pervade, ese egoísmo sin fin radicado en la pobreza de ideas?

 

Muy pronto, si dios no lo remedia, vamos a tener que entonar un kadish por esta España que se muere en medio del griterío y la confusión.

 

Quizás nos aguarde un tiempo de purificación. No echemos la culpa a los judíos de nuestros desafueros y yerros. Pero tampoco Israel debe mirarnos con deseos de vindicta. Que resuene por doquier la palabra más hermosa jamás pronunciada por labios humanos que es la palabra “Shalom”.

 

Y “speret Israel in Domino” y les digo a nuestros hermanos mayores que aquí en Segovia nadie les odia, sed parte nuestra. Enterremos el pasado el hacha de la guerra y glosando a Isaías que los alfanjes y flechas se transformen en rejas de arado.








 


 


 


 


 


 


 


 




 

el padre lamprea el exorcisata amigo de obama con una mano bendice y con la otra se la menea


EL LIBRERO DE AREVALO

 

El librero de Arévalo tenía madera de perdedor pero no habléis de esto a la Jesusa que consideraba a su vástago una eminencia siendo ella misma como su hijo juguete de sus pasiones e inclinaciones. Las cosas en el mundo se habían puesto del revés. El estafermo de las procesiones miraba con ojos fijos un poco como el padre Cucurcho el exorcista nacido en un pueblo levantino que se llamaba Lamprea y cuando se ponía pesado con esto de echar diablos del cuerpo de la gente los chicos del barrio organizaban dreas y resolvían sus diferencias con Satanás a cantazo limpio nada de hisopos ni de crucifijos sino a lo zamarro. Gritaban:

 —El cura de Lamprea con una mano bendice y con la otra se la menea.

Y otros aseguraban:

—Detrás de la cruz está el diablo.

Gumersindo al quedar cesante con motivo de que se murieron los suyos y entró otro gobierno pensó ganarse la vida en el menester que mejor conocía: la literatura; fundó una biblioteca virtual y quiso dedicarse a la venta ambulante de libros viejos que eran una de las riquezas de la Casa Común pero también su patria quedó cesante y, cada quisque excedente de cupo, arribaron los nuevos bárbaros del norte que creían que era sospechoso leer y un pecado la cultura. La  tan traida y tan llevada democratización, amen de hacer ricos a muchos, que ricos millonarios, clases privilegiadas de castas, repartiéndose el bacalao y los puestos oficiales, a la mayor parte de España dejó en cueros vivos.

Éramos todos más pobres pese a la apariencia de ricos, dejamos los campos en barbecho, vendimos las vacas, todos querían vivir de algún momio, cierto enchufe, a costa del erario público, renunciamos a muestra cultura, los periódicos, las editoriales, pignoramos nuestras fábricas nuestros humildes negocios y se lo dimos todo a los marchantes judíos.

He aquí el resultado de treinta años de Mercado Común. Recordad: siempre se dijo del judío la maula. A muchos los estafaron. A él no. Porque bien los conocía. Eran de su misma raza.

Fracasó. El pueblo español querría suicidarse renunciando a su pasado ahorcando los libros persiguiendo a la inteligencia y llevando a los tribunales o a la trena a cualquiera que acreditase una idea feliz un hallazgo. Ya me dirás tú los libros que vendía Gumersindo —muchos martes ni se estrenaba— cuando extendía el tenderete aparejaba el caballo bueno lo del caballo es un decir porque ya toda España se había motorizado por entonces y el librero gastaba coche que eran sus mejores zaparos y no había que darle pienso ni llevarle a herrar. Gozaba de la vita bona del sol de España y conversaba con otro purgado que se llamaba Empeltre. Bebía en las tabernas visitaba el camarín de la Virgen de las Angustias buscaba el rastro de la España que proclamó el tanto monta, monta tanto, y percibía las huellas santas e imperiales de la reina Isabel la Católica que pasó su infancia

A pocos metros de donde él tendía en la plaza el Arrabal, en el castillo.

Aquellos días Sindo tuvo una crisis mística y creía en milagros y apariciones. Le pareció contemplando algún arrobamiento viendo una puesta del sol camino de vuelta a Madrid poco antes de llegar al Alto los Leones. ¿Espejismos o un aviso celeste de lo que había de venir. Era seguramente un regalo que dios le enviaba por haber sido fiel a sus principios. Estas cosas marcan bastante a los perseguidos e injuriados. Estaba renunciando al mundo a su manera alzándose en rebelión contra aquel estado de cosas.

Mira que vender libros en un pueblo de analfabetos pero él iba en demanda de sus principios tras las pisadas de la Reina Santa.Vigilavi et factus sum Sicut passer in tecto” le gustaba aquel salmo que repetía con frecuencia porque  encerraban sus palabras algo de su vida, siempre en guardia para percibir las ráfagas del Espíritu  Santo que llegan en ventoleras de huracán donde se atisba la verdad y la belleza.

Pero su mujer y sus hijos pensaban que estaba como una chota. En su fuero interno él encontraba alguna razón para semejantes y descabelladas excursiones de bibliografías de apóstol de la cultura en medio de una sociedad ágrafa y un pueblo de analfabetos. Se sentía un poco misionero pero cansado de que sus predicas cayeran en baldío buscaba consuelos en los besos al jarro en aquel buen vinillo de la tierra. Gumersindo era dipsómano.

a jacinto benavente

el shakespeare de madrid
El teatro de Benavente

Mi amor a los libros y a la literatura se inició con dos profesores del seminario de Segovia. El uno era el deán don Fernando Revuelta gran orador que en las clases de retórica nos hablaba de los Intereses Creados y el otro don Tirso Rodao que enseñaba Preceptiva. Sus clases prácticas eran una delicia porque nos leía obras clásicas dramatizadas y una de sus preferidas era la Ciudad alegre y confiada. De esta forma entramos en conexión con ese torrente de sabiduría, de dicción, de arte, de excelencia, de humanidad y de cristianismo que es la gran literatura española y su teatro. En la actualidad ese hilo conductor de la vida española se ha perdido o lo han echado a perder adrede los prevaricadores, los angloparlantes acomplejados, los gilipollas, los adoradores de la leyenda negra.

Esta es una de las razones de mi cólera y los mecanismos de provocación para los que tengo ciertos dotes que me dieron  los dioses. España, despierta de tu modorrera. Busca las alturas y deja de volar tan bajo y ya se sabe que cuando el cuervo vuela bajo… a lo mejor nos arrecimos con don Mariano Rajoy el Deseado (el régimen los escoge entre los mediocres) me ha llamado uno indignado alegando que en el Seminario vacío pongo de vuelta y media a mis compis, a la sede de san Hieroteo, a la Biblia en verso.

 ¡España, despierta!

 Para muchos de nuestros hijos y de nuestros nietos el nombre de Jacinto Benavente se identifica con una plaza donde hay unas cervecerías buen rollito. Las obras del insigne comediógrafo no se reponen o andan descatalogadas. Esta ignorancia del pasado, esta cesura que aconteció tras la hecatombe del 75, les ha venido bien a los más burros para hacerse ricos. Lo malo es que estos acemileros de la tiranía en forma de libertades se están quedando sin pesebres. Han pasado en este cuarto de siglo y medio cosas muy gordas y había que contarlas. Lo siento si a algunos de mis detractores les ofende esta postura.

 Me propongo curar, salvar lo que queda, no destruir aunque hace falta una cura de caballo y uno de los grandes responsables de la involución y desorientación que padecemos la tienen los curas y los obispos. Ese es sin más ni más el leitmotiv de mi novela.

Siguen sin saber quien fue don Jacinto un madrileño cabal que ganó el Nóbel. Hoy ese premio anda un poco devaluado la verdad y politizado porque lo gana hasta Vargas Llosa pero en 1922 sólo se galardonaba a escritores significados con una obra original o intensa. Y a Benavente aunque era germanófilo le llamaban el Shakespeare madrileño.

Nacido en la calle del León el 12 de agosto de 1866 – su padre era un médico puericultor de origen murciano que fundaría el hospital del Niño Jesús- fue amigo de Valle Inclán al que le presentó la novia, de Clarín, de Menéndez y Pelayo,  Eduardo Zamacois, don Juan Valera, Pío Baroja, Azorín que fue uno de sus mejores críticos, de Galdós y enemigo de Pérez de Ayala que decía que su teatro era de cartón piedra y que no creaba situaciones dramáticas sino escenas. Luego se reconciliaron. Conocía muy bien a las mujeres y por eso quizás no se casó. El eterno femenino hasta Benavente había sido etéreo hasta que se estrenó la Malquerida. Don Jacinto las define como seres humanos de carne y hueso. El choque de la noción romántica con la realidad es la destrucción del amor.

Su obra tiene que ver con la agitada vida española de su tiempo: el 98, el asesinato de Canalejas y de Eduardo Dato, de Canovas. Nunca tuvo Madrid un ambiente tan literariamente interesante. Se vivía, se malvivía, pero se publicaba. Y su personalidad equidistante entre todos los ismos llena de recovecos y de aristas durante muchos años intrigó a los españoles que le consideraban un personaje ambiguo- sexualmente lo era- y misterioso, mefistofélico. Uno de los pocos artistas que ganó dinero a espuertas y pudo vivir del teatro y del periodismo.

 Sus “sobremesas” en el Imparcial eran seguidas por el todo Madrid. Brilló en los salones, en las ágoras y en los ateneos pero su teatro no es político. En sus obras estudia el alma humana, se preocupa por el paso del tiempo y la mudanza de la fortuna. Un señor muy elegante y atildado que se levantaba a las doce. Un mayordomo le tría los periódicos –salían a la calle en Madrid más de una docena sin contar los semanales y los quinquenales- y después del primer café encendía un cigarro puro. Con estos vegueros de gran vitola solía aparecer en público y moriría casi con uno encendido a los 87 años. Pese a su popularidad era de carácter retraído y pasaba grandes temporadas en su solar de Aldeaencabo (Toledo).

Amigo de grandes actores y actrices como Lola Membrives, Puga, Margarita Xirgu, Peña y Luis Manrique fue junto con Falla uno de los grandes ingenios españoles que españolearon por América. Personalmente amaba la Argentina por donde realizó algunas giras representando lo más granado de sus producciones contribuyendo a establecer un puente cultural con el otro lado del Atlántico.

Estaba lleno don Jacinto de lados oscuros y misteriosos y su carácter es contradictorio. Siendo el autor de la burguesía cuando estalló la guerra civil optó por el bando republicano. Pasó toda la guerra en Valencia y se libró de ir a la cárcel gracias a su amigo José María Pemán. Académico, ocupó el sillón L que había dejado vacante don Marcelino Menéndez y Pelayo, nunca escribió el discurso de entrada. Decía que daba mala suerte pues unos cuantos académicos que había conocido morían poco después de haber procedido a su lectura.

El teatro benaventino es un puente entre el teatro clásico y moderno. Ese es el secreto de su dramaturgia que los más lerdos españoles ignoran aposta. Algunos que tenemos a prurito repasarlo y escuchamos con melancolía la voz de aquel canónigo de la catedral de Segovia que nos puso en el camino de esta caballería andante de la literatura a la que amamos aunque en su profesión sólo hayamos recibido revolcones, silencios, amarguras, descalificaciones, trompazos, et carmina Aurum non dabunt que decía Horacio.

Don Tirso al leernos los parlamentos de Crispín y de Leandro puso una espada sobre nuestra frente. La acolada. Y aquello fue imborrable como un sacramento. Porque Benavente tuvo algo de profético que conocía bien el percal y la encarnadura física y moral del pueblo para el que escribía. Que malo soistóos, - declararía en una ocasión parafraseando al Guerra, le dijo que el pueblo español no es un pueblo triste. Es un pueblo áspero. Muy digno.

 Fue uno de los primeros en alzar la voz en pro de la reconciliación de las dos Españas. Hasta el punto que por influencias suyas logró salir de penal del Dueso el cuñado de Azaña Rivas Cheriff y lograr el indulto de Franco. Escritor, libretista, novelista y actor Cipriano Rivas Cheriff dirigía el grupo dramático de aquella penitenciaría. También hizo las paces con otro de sus detractores decantados como Ramón Pérez de Ayala.

 Esto ocurrió cuando el insigne escritor ovetense y ex embajador de la Republica en la Corte de San Jaime se encontraba en Buenos Aires. Consiguió para él don Jacinto un puesto en la redacción de ABC y regresar del exilio. Desgraciadamente el autor de Tigre Juan ya no escribiría más novelas aunque sí magistrales artículos en la famosa Tercera del periódico de la calle Serrana. Alcancé a verlo yo el año 64 una tarde de agosto fumándose un habano en la terraza del café de Levante poco antes de que la piqueta de la modernidad derribase aquella sacra institución literata. Sobrevivió algunos años a sus formidable rival. Con el que no le unían las ideas políticas pero sí el buen gusto y la devoción o el vicio de los cigarros puros.

contundencias y confidencias

CORNUCOPIAS
 


Instalado a horcajadas sobre las cornucopias de la fantasía


Voy al husmo de las cosas


Encúbate, alma querida,


Entra en la cueva


Demos licencia a la fantasía


Te hacen falta otros candelabros


Que alumbren tu noche


Otras escuadras y apeos


Otra sonrisa


Las piernas más famosas de la historia perdieron su empleo


Nada importa


Eran la personificación del glamor según dicen


Ese programa de cotilleo de famosos


Que emiten antes del almuerzo


Conducido por una rubia inmarcesible


Con cara de espectro


Dicen que es un hombre


O una mujer que da gato por liebre


Crija por verija


No te asombres


Haz tu vida


Colúmpiate en la cornucopia


Espejo oscuro de tu vida

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2015-10-16

AREVALO UNA TARDE EN LA SINAGOGA VIRTUAL


Reflexiones de octubre

 

Adiós montañas adiós fuentes

Adiós ríos

Adiós corrientes

Vivid sin mi siglos prolongados (Garcilaso de la Vega)

 

El rabino Capdevila, encendió una vela en el candelabro de plata de la Tradición.  Se iluminó toda la sinagoga, relucían las lámparas del Menorah y allá un rincón un sacristán rezaba por los bajo junto a los rollos de la ley que transportaba sobre los lomos un acompañante muy fornido. Los dos marcaban el paso litúrgico con unción. En seguida de llegar a Arevalo para visitar la casa de sus mayores (traía en un estuche la mohosa llave que guardaban como un tesoro desde 1492, primero en Rodas, luego Esmirna y Constantinopla, luego Amberes y después el abuelo se embarcó hasta New York) y visitar el viejo cenáculo tuvo la sensación de haber vivido aquella escena de otros pascuas y otros passover repetidos durante siglos. Siempre andaba a vueltas con el concepto de vaso de elegido y erraban por la tierra como una maldición. No había encontrado el descendiente de judíos castellanos que luego trocarían el nombre de Arevalillo por  el de Capdevila, que sonaba más catalán pues así lo quiso un antepasado que moró varios años en el call de Gerona. Por un ventano penetraba la algarabía de los tordos reunidos en concilio junto a la cornisa y la luz tajante de aquella mañana otoñal limpia y reluciente. Las viñas habían rendido su sazón. Él estaba acá, aparte de por los motivos sentimentales ya apuntados, por un negocio; iba a comprar vino incontaminado para las celebraciones del Purim. No lo hay a tal respecto como el que se pisa en los lagares de Rueda. Fue a por vino y quebró el cántaro en el camino esto es que durante degustación del mosto un cosechero inicuo lo emborrachó con mala idea. “Vamos a ver si resiste una cántara este viejo judío”. Y Al amor del traguillo vaso va y vaso bien brindis salud y de hoy en un año y que tú que lo veas perdió la voluntad y un poco la razón. Duro que te pego, brindis al sol. Aquel morapio añejo pegaba mucho más que la cerveza que servían en Manhattan pura química. Se bebió casi una azumbre en la buena compañía del sacristán de la sinagoga y al día siguiente ninguna resaca. Al contrario, gozó durante la noche cuando la noble villa de Arevalo estaba a su mejor dormir de de consuelos espirituales, proyecciones al pasado y al futuro, movimientos de telequinesia que casi le hicieron levitar. Hasta se le apareció un Ecce Homo en plena noche a aquel Justo de Israel,

Este tipo de extrañas visiones en los que se conjugaba al socaire de sus pensamientos y al aleteo imparable de su divagar –ese ir y venir de la imaginación la loca de la casa que iba y venía sin detenerse en un punto concreto pero que servía para retroceder siglos y encontrarse con personajes que habían plisado aquellas baldas y habían expuesto los jueves sus tenderetes en el mercado chico o, en contrario, avanzar hacia lo venidero y ansí se presentaban los judíos del mañana enfundados en sus antiparras luciendo a la espalda filacterias de hierro y paños de oración con fuselaje antinuclear con el que sucumbieron al segundo holocausto, la tercera salida de la tierra prometida el nuevo maná, bastaban unas píldoras para no tener que alimentarse o ir al baño. Para vivir largo hay que comer menos y cagar poquito No obstante, aquello no debía de ser normal (algunos de los más viejos temían la segunda venida y se abstenían de pronunciar el nombre impronunciable y maldito) y la posibilidad de volar como Icaro, leer los pensamientos y comunicarse con Oceanía. Bastaba con apretar un botón. Les crecieron alas en el sobaco a los elegidos. Vino otra vez a Israel la tentación de Luzbel el ángel hermoso que recorría las estrellas envanecido de su poder e instando a los nueve coros celestiales a la rebelión:

—No serviré. Soy más que dios. Lucho contra él.

—Quis Sicut deus- gritó entonces Miguel.

Se entabló entonces una batalla que duraría cien mil años. Al fin se alzó Miguel con la palma de la victoria y Luzbel el más hermoso y poderoso de los Coros sucumbió al poder de la espada miguelina. Huyó con toda su hueste a los infiernos. De manera que su séquito de ángeles bellos se transformaron en demonios perdieron todos las alas y les crecieron cuernos en la frente, gibas en los otrora bellos torsos y se volvieron zambos y bisojos. Unos pocos empezaron a hablar catalán.  
POR NO ENCONTRAR MEJOR ACOMODO SATANÁS se metió en el cuerpo de un cura de Alcalá que se las daba de exorcista. Era mismamente el Padre Corcheas que con una mano hisopa y con la otra se la menea. Y desde entonces los diablos cojuelos y separatistas campaban por sus respetos por el país. Algunos llegaron a obispos y blasfemaban contra el santo cardenal Cañizares al que acusaban de incitación al odio. Mira tú por donde: el que soplaba azufre por los ojos y bramaba crueldades entre dientes acusaba al santo arzobispo deñ odio que sembraba él en los corazones.El pateta no es sólo el padre de la mentira sino el apostol de la inquietud. Metió su cuerno por todas las sacristías y algunos dicen que lo habían proclamado papa. No te rindas, Cañizares que tú eres un buen mitrado. Excomulga a los impostores, manda al infierno a esos exorcistas que besan el culo a Obama. 

Por lo demás en Arevalo se escuchaban los cantos de siempre. Una muchacha asomada a su ajimez recitaba el canto del rey Nimrod cuando el rey Nimrod al campo salía y al mirar al cielo columbró en la estrellería un lucero que le habló del que había de nacer etc.,.

Un poco más allá en el bar Luisa la biznieta de Emilio Romero, bautizado con el pomposo nombre de “Desidée”, que quedaba muy francés y tan bonico, un tratante de ganado de la Morata que acudía a la plaza del arrabal cada martes enviaba un mensaje por guasap. Las radios encendidas anunciaban una matanza que había ocurrido en la plaza de Cataluña. Habían llegado los tanques siguiendo la ruta de la caballería del Conde Duque todo igual que hace cuatrocientos años, lo mismo que hace un cuarto de siglo. Y había fusilamientos y en el call de Gerona entonaban un kadish por los fallecidos pero la vida seguía al igual que tantos años distantes y cercanos en el presente lo pasado y lo porvenir.  Nuestra jodía naturaleza no cambia. Aquí todos somos judíos. No había trabajo y el personal se alineaba en la plaza mano sobre mano en espera de la llegada de Nostramo. Por la A6 pasada la vaguada del Arevalillo pasaban los Volkswagen y los MBV a toda velocidad. Dos camioneros franceses había parado en la zona de descanso y una vieja exoneraba su vejiga al pie de un pino.

—No se preocupe vuesa merced, cague y mee tranquila y haga lo que sea menester. Ahí no la ve nadie.

Estaba la dama muy apurada venía sintiendo el trance desde Villalpando ay que me lo hago.

   ¿Usted cree que va a estallar la guerra?

   Pues no lo sé.

    —Ahora mismito venía de la sinagoga y al salir me encontré con dos moros que me miraron mal porque no iba velada. A nosotras nos gusta ir a cara descubierta. Gastamos solamente pelucas de humildad y no adobamos el rostro con afeites y maquillajes como esas cristianas que parecen putas.

—Si hay guerra pronto vendrá el juicio final y todos preparados para acudir a la trompeta del ángel que nos convoca como es ley ala, todos juntos valle de Josafat. Los malos se torrarán en las calderas de Pedro Botero.

El rabino Capdevila en absoluto se mostraba preocupado por tal extremo, sólo que le dolían un poco las muelas.

—Este diente lleva unos días dándole la tabarra

Y Esther la Gorda que era la mujer de uno al que llamaban Correviernes le recomendó al doctor de la ley que se metiese un canto de río en el bolso de la chaqueta y recitase con más fervor que nunca la “shemá”. A los dolores hay que plantarles cara no haciéndoles caso. Hermano bebe que la vida es breve.

El librero que venía desde Madrid,  Crisostomo Cuja, alias el Enagüillas—había estado en la cárcel siete años por un crimen que no cometió—se emborrachaba haciendo el recorrido libando y haciendo visita a los monumentos tabernarios del Barrio Húmedo un martes si y otro no pues decía el Cuja que al vino hay que ir con tiento no derramarás sangres pero te empaparás en días alternativos. Unos martes las cogía lloronas y otras de sus curdas tenían un carácter eminentemente político. Se ponía en el cancel de la iglesia de Santo Domingo y entonaba una Salve a la Virgen de las Angustias o rompía con su voz cascada a cantar canciones de la guerra de la independencia a voz en cuello. A Ismael Capdevila estas salidas de tono le daban mucha lastima y se alejaba por las callejuelas de la aljama, estrechas y cuajadas de oscuridad meneando tristemente la cabeza:

—Que malo es el mosto pero es mucho peor cuando la coges de cervezas- te queda como un martillo en la cabeza

—Vaya usted por la sombra, señor rabí.

El sastre Genaro le estaba dando los buenos días

 

 

 

 

2015-10-15

Misa Tradicional De Difuntos Cantada (Completa) Parte 1


Música ortodoxa rusa: Dios te salve, Virgen María.


Misa ortodoxa en Rusia con Vladimir Putin


Música ortodoxa rusa: Canción a la santísima virgen María.


Música ortodoxa rusa: Canción a la santísima virgen María.


Misa completa de la iglesia siria de antioquia en san francisco californ...


MISA ORTODOXA RUSA FILMADA HD POR LA FUNDACIÓN AMIGOS DE RUSIA.


2015-10-14

se cumple lo anunciado en este libro

666 La hora de la bestia

Antonio Parra / Clásicos Univ


Un conjunto de artículos, ensayos, cuentos y paliques sobre la actualidad. aportando datos sobre el acervo literario castellano, injustamente relegado y descatalogado o menoscabado por la irrupción de la cultura anglosajona. ¿El signo de la Bestia habla inglés? En los textos se pone de manifiesto el muro de silencio o la tergiversación de ciertos aspectos de la vida y la cultura española

Portada:

Colección: Clásicos universales
Páginas: 608
ISBN: 978-84-9076-753-5
Formatos: Tapa blanda: 19,99 €

RUSIA, TEN FUERTE. EL PODERIO MILITAR DE PUTIN SORPRENDE A LOS USACOS EN SIRIA

Rusia ha rechazado el desconcierto de los pilotos estadounidenses por la aproximación de un caza para identificarlos en el espacio aéreo de Siria.

El incidente tuvo lugar el pasado 10 de octubre cuando una escuadrilla de cazas rusos cumplía una misión para destruir un objetivo del grupo terrorista Estado Islámico en la provincia de Alepo.
"No comprendemos las causas de esa extrañeza de los pilotos estadounidenses. Además no es el primer caso. Nuestros pilotos registran con frecuencia en Siria no solo los vuelos de las aeronaves de EEUU, sino también de los aviones no tripulados", ha asegurado el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, general mayor Ígor Konashenkov.
El caza ruso Su-30SM, explicó, "se acercó unos 200 o 300 metros al avión de guerra de EEUU con el propósito de identificarlo, pero no tenía intenciones de asustar al piloto norteamericano".
El general subrayó que los aviones rusos se encuentran legalmente en el espacio aéreo de Siria por una petición oficial de Damasco.
"Además Moscú coordina todos los vuelos de sus aeronaves con las autoridades sirias", remarcó.
Asimismo, Konashenkov, subrayó que el Ministerio de Defensa de Rusia volvió a presentar el martes al Pentágono otras propuestas para evitar los incidentes en el espacio aéreo sirio que serían discutidas este miércoles vía videoconferencia.
Tema:
Operación de Rusia contra el EI en Siria (172)
Además:
El Pentágono informa que un misil


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ADA COLAU Y SUS COLADURAS QUE PUEDEN SUMIR EN LA VIOLENCIA A ESPAÑA.... sed de nimis non curat praetor





una lesbiana de toda la vida, se nos ha colao




De nimis non curat praetor

 

El adagio forense latino lo aprendí cuando estudiaba Derecho Romano. ¡Qué belleza el de este apotegma para los tiempos que vivimos en la desolación de la mentira la pornografía y las falsas expectativas. Dice la alcaldesa de Barcelona que los españoles somos unos genocidas. Yo no sé de dónde habrá salido esta piba.
Un poco arrabalera sí que es, lenguaraz y atormentada por sus exabruptos inanes. El pretor no juzga minucias.
Al que, convulso, se exaspere en desaforados gritos, insultos e invectivas que le apliquen la camisa de fuerza. Madre España cuanto te escarnecen y humillan el día de la Pilarica. Madre España, madre Roma.
Mamamos todos franceses ingleses, italianos, rumanos, portugueses, catalanes, astures y gallegos todos de la ubre de la loba capitalina. Ella posee pechos generosos como aquella rubia de “Armacord” una nodriza superdotada. La primera vez que contemplé Roma con mis propios ojos me entraron ganas de gritar:

▬Madre. Madre. Mio Dio… mama mía

Se esparció el eco por las fuentes de Caracalla en medio del calor de agosto.
Madre Roma, madre España, que nutristeis con la leche de la cultura a tantos pueblos en un proyecto civilizador que no tiene parangón en la historia. Ahí les duele a muchos, al igual que a esta primera vara del Consejo de los Ciento, que se despacha con semejante alcaldada. Debe de ser esta hebrea de sangre municipal y espesa, terca por su madre aragonesa.
Doña Ada Corau no ha leído a Melo aquel historiador portugués que vivió como soldado de un escuadrón de caballería al mando del marqués de Velez la guerra de Cataluña. Ha sido mi libro de cabecera este verano. En sus páginas me he topado con el rostro enfurecido de las turbas que hoz en ristre cortaron la cabeza a un catalán honesto como era el marqués de Coloma que pedía serenidad y proclamaba el consenso.
Una venganza catalana en toda regla  fue aquèlla, pero se estrelló contra los ejércitos de Felipe IV y del Conde Duque de Olivares. Hoy aquellos soldados estan "missing".
Eso sí, por aquí se habla mucho de los legionarios que sacan pecho y lucen su mascota un carnero del que se hacen chistes. La cabra se llama Pablo y nos ha salido rana. ¿Cabra o cabrón? Chivo expiatorio y de la cáscara amarga como la señora alcaldesa que no esconde su orientación sáfica desde que salió del armario. 

La Colau debe de ser una de aquellas furias que ataban a la cola de los caballos a los soldados hechos prisioneros de los regimientos reales o echaban aceite hirviendo en plenas ramblas a la cara de las damas sospechosas de “españolistas”.

Es la misma furia, la misma saña, el mismo odio de aquella desazón en aquel entonces. Sólo que don Felipe VI no es Felipe IV. Va de borbones y vamos de nones. Y don Rajadizo el mirifico tampoco es el Conde Duque, un primer ministro tan grande que llevaba al Estado en la cabeza, un estado que sus tristes sucesores están haciendo trizas.

Tampoco aparece por ninguna parte al Tercio de Sicilia que metió en vereda a los alborotadores de aquella rebelión ni vive siquiera en la Moncloa  un Manuel Azaña que mandó a la artillería contra el palacio de la Generalidad y salió Companys el de los 72 fusilamientos de Montjuich con los brazos en alto. la orden del presidente, poco contemporizadora, era la de tiros a la barriga.
Aquel Luis Companys, un militar que traicionó su jura de bandera, no se distinguió nunca por su valor en el campo de batalla.  Era un "chorizo" como lo sería su sucesor don Jordi Puchol.

En Marruecos, capitán corrupto, se quedaba con los haberes de los soldados, a los que quitaba la masita, y los moros le llamaban el asesino.
Una crisis así – ni Rajoy ni el Borbón lo han entendido, pero el “Verrugo” sí que lo entendió- sólo se solventa con “tiros a la barriga” y de “nimis non curat praetor

glorioso san antonio maria claret, mira por cataluña. conservala española y catalana como tú

MIS PRIMERAS LETRAS LAS RECIBÍ EN UN COLEGIO CLARETIANO. HOY PIDO POR CATALUÑA A ESTE GRAN SANTO OBISPO APOSTOL DE CUBA UN CATALÁN UNIVERSAL, MUY ESPAÑOL