2020-07-25

carta al dean de Compostela difamado y destituido por los turbios manejos del arzobispo reinante


José María Díaz Fernández Deán de la catedral de Santiago de Compostela,

Cabildo metropolitano,
Plaza de las Platerías s/n
15704 Santiago de Compostela
MADRID 22 de marzo 2012
Querido señor Deán:
¡Qué ojos más limpios tiene usted y qué pluma tan preclara para describir la estatuaria del Pórtico de la Gloria y la sonrisa de Daniel! Sus versos poseen el aliento, la serenidad y la grandeza de Fray Luis de León.
No sabía que fuese tan ilustre poeta pero es lo que nos enseñaron en el seminario, a adoctrinarnos en la palabra a buscar la belleza, esa filocalía que es patrimonio de la SRI. Yo recuerdo que don José Pedro Carrero nos leía sus composiciones en un libro de muchas hojas escrito a máquina que había encuadernado durante las clases de Retórica. Gracias. Tengo muchas ganas de conocer su obra, mandeme los textos contra reembolso a la dirección de Madrid por favor, pues yo sé de los azares de un escritor y lo que cuesta escribir un libro. Se los pagaré con mucho gusto.
De esta lección magistral Ante la restauración del Pórtico de la Gloria haré una glosa en mi bitácora antonioparragalindo.blogspot.com, con su anuencia. A través de estas páginas parece que estoy viendo y explicándoseme todos esos instrumentos musicales del medioevo perdidos u olvidados, como las partituras musicales mozárabes, y que han podido ser resucitados mirando trabajar el buril del maestro Mateo. Joaquín Díaz el gran musicólogo –su homónimo- hizo una reproducción de los mismos e hizo sonar las cítaras y rabeles, la cíbola y el laúd antiguo. Reconstruyéndolas.
El Pórtico de la Gloria arropando a la mandorla del pantocrátor es a mi juicio la conjunción perfecta de la arquitectura, la escultura, la música, la astronomía y la matemática. Todas las artes liberales en grado excelso las introdujo por obra de magia el Maestro Mateo.
Creo que usted, don José María, es un elegido de Dios por haber alcanzado la dignidad del decanato de Compostela, basílica mayor de la cristiandad, en lo que nos honramos los que le conocemos y fuimos sus discípulos, y poder pasar todos los días bajo esta puerta de los dones, cantar el oficio divino y rezar y celebrar en este segundo templo de la catolicidad. Si nos quitaran a los cristianos Roma y Jerusalén todavía nos quedaría Compostela y tal vez la Laura de Kiev.
Gracias infinitas por la merced que me hace de haber comprado mi libro. Dios se lo pague con creces. Perdone si me he tomado demasiadas licencias pero no encontré otro camino. Te gastas cinco mil euros y las cajas de la edición muertas de risa y tu mujer que te increpa. Creo que usted que es escritor sabe de lo difícil que es abrirse paso en este terreno de las letras sujeto a tantas intercadencias y a muchísimos imponderables.
La obra es una provocación y pido perdón si he soltado alguna herejía o herido alguna susceptibilidad.
Quise hacer un canto a aquella Iglesia que se fue. Me duele verla sujeta a merced de sus enemigos. Pero es una exageración. La idea teológica que quise manejar es que la Resurrección de la Carne y la vida perdurable no pueden ser sustituidas por ninguna otra teología ni la de la liberación y la del Holocausto que anule toda la soteriología eclesial que han predicado nuestros pastores durante siglos.
En toda obra humana pudo haber imperfecciones provenientes de las pasiones. Un falso misticismo. Esa obsesión sexual de ahora mismo que los hipócritas y lujuriosos piden a la Iglesia siendo ellos sepulcros blanqueados. La iglesia en cuanto tal no tiene pecado, los cristianos sí. Esa es la fija.
Otro punto que traté de pergeñar a lo mejor sin conseguirlo es la importancia del culto y de la acción social sin que tengamos que convertirnos en una ONG porque la filantropía ha de someterse a los fueros de la caridad cristiana.
Una limosna es la que ha dado usted a este pobre pecador al adquirir mi libro. La iglesia católica ha sido la médula de España. Sin catolicidad no hay España. Y esperemos alcanzar algún día la gran perdonanza.
Los dos últimos cuartos de siglo fueron traumáticos. Mucho jaleo. Todo parece vuelto del revés. Quizá el Señor esté escribiendo recto con reglones oblicuos.
Y de ahí esa cólera de Zeus, pero también ternura, piedad y perdón. Ya digo: quise provocar como lo hacía don Miguel de Unamuno, salvando las distancias. Carezco- Dios me libre de compararme- de la sabiduría y el arte del maestro bilbaíno pero él con sus boutades animó un poco el cotarro.
Ex discussione claritas. No podemos vivir adormilados ni encoger las enagüillas ante los charcos que se vienen encima. Suplico perdón por mis yerros y algún día, si Dios quiere, peregrinaré a Compostela y le rogaré a usted, Sr. Deán, que sea mi penitenciario. Que me absuelva de mis muchos pecados.
Una cosa que no he traicionado es mi fe en la Iglesia. Tampoco traicioné a mi bandera. Persisto en la creencia de que le Caudillo- ¡qué buen gallego y que gran caballero era!- hizo mucho bien a los españoles y en mi opinión- sólo una humilde opinión- a la Iglesia. Habría que restaurar un poco el esplendor de la liturgia que oremos en común y a ser posible en latín, que se vuelva a rezar el rosario, que se restituyan las Vísperas pero cómo llegar a tal si los seminarios están vacíos y los pobres curas están que pierden el bofe asistiendo hasta ocho pueblos como don Antonio el de Soto de Luiña, que es mi amigo. Después que cada uno haga de su capa un sayo. No seremos múridos de sacristía ni místicos con el cuello vuelto de medio lado, sino gente que trata de preservar la fe, vivir según las prescripciones del evangelio sin perder de vista las flaquezas de la carne. No, el catolicismo no es un problema de bragueta. Claro que esto lo digo cuando estoy un poco de vuelta de todo. Al cabo de dos matrimonios y cinco hijos.
Yo tengo mujer e hijos todos colocados. Mi mujer es funcionaria y se valdría por sí misma. Yo a mis 67 años si el obispo me llamara diría Adsum. ¡Qué tonto soy, sueño despierto! Nosotros aportaríamos un bagaje de comprensión y de humanidad a la Iglesia. Ya sé que esto es imposible pero el reto está ahí y yo a riesgo de ser calificado de piedra de escándalo, indagaría sobre la viabilidad de la propuesta. Algo se mueve, sin embargo. Por ejemplo la campaña del episcopado ofertar a los parados un puesto fijo y un trabajo impresionante como es la cura de almas ha caído bien. Espero que muchos mozos se lo estén pensando.
También a través de Internet hice campaña para que la Passio se cantase en latín al modo antiguo y alguien ha desplegado la antena en el Vaticano porque en la liturgia de Viernes Santo han vuelto a sonar los maravillosos motetes de Palestrina y del padre Vitoria y los tres diáconos recitaban los versículos del sublime relato de San Juan.
Yo pecador sí. Yo, pecador, lleno de contradicciones y altibajos. Quise ser escritor y periodista y lo fui y lo sigue siendo pero a partir de 1975 se produjo una nueva desamortización en España y nuestros periódicos, revistas y editoriales pasaron a gente extraña que vive muy lejos tal vez en un rascacielos y desde allí aprieta un botón. Es poder oculto que no enseña la patita. Los medios de comunicación se han convertido en medios de provocación y de intoxicación.
A pesar de todo, tengo esperanza y soy optimista porque el Señor no nos dejará de su mano aunque a ratos parece que se aleje, que oculte su rostro. Ni España ni la SRI podrán ser destruidos.
A grandes rasgos y perdóneme si me extiendo le diré: he vivido casi diez años en Inglaterra y en USA cuatro.
Al regresar a España me hice archivero. Seguí escribiendo porque es para lo único que valgo pero yo no soy un Delibes ni un Cela. Todos mis textos están en la gaveta hasta que me decidí a dar a la estampa por mí mismo mis hijos intelectuales o mis excrecencias imaginativas. Me encontré con la sorpresa de que muchas librerías no te admiten un libro sin que lo presente un distribuidor y yo no puedo tener distribuidor porque siempre fui políticamente incorrecto. Así que para mi sorpresa navegamos poco.
De la gaveta pasaron a la oscuridad de las cajas embaladas. La excusa que te dan los editores es que si no escribes marranerías o torpezas como el Código D´Vinci, eres de la acera de enfrente, insultas a España, a la memoria de Franco o a la Iglesia, no entras en el cupo.
Pero yo no me rindo, don Josemari. Me gustaría tener dinero para montar una editorial o una emisora de radio para sacar a luz muchas obras maestras que andan por ahí escondidas de mis amigos y escritores como Vd., ¿Estará hoy la luz bajo el celemín o es que no la acertamos a distinguir? Que la gente lea, que no se embrutezca, que aspire no sólo a los bienes materiales sino también a los del espiritu. Y en esa demanda quijotesca sigo.
Y muchas gracias por su carta autógrafa.
Para mí volver a encontrarle ha sido un milagro o una merced concedida gracias a la intercesión de Nuestra Señora a la cual ustedes buenos sacerdotes nos enseñaron a amar y a mirar para el cielo en las adversidades. Se me quedan muchas cosas en el tintero pero ya le iré relatándolas en otras cartas más despacio. Le he visto muy bien en los últimos reportajes por la tele. Usted siempre fue un cura elegante y si me perdone guapo. Rubio con aquel pelo de mazorca. Ignoraba que proceda de Coaña el hermoso concejo – Cudillero, el Franco, Valdés y luego Coaña- donde está el monasterio de Corias, y el de Cartavelo o las piedras sagradas del castro prerromano. Tenemos mucha historia y mucha poesía corriendo por nuestras venas. Tengo yo una casa en una aldea que llaman el Rellayo al lado de la A6, con un prao, un lauredal donde canta la curuxia o lechuza por las noches. Estamos al pie del monte de Santa Ana de Montarés que habrá oído nombrar y cuya ermita se alza señera sobre un cerro y a la cual veneran los pescadores pixuetus.
Yo me retiro a este rincón de paz a escribir, a meditar y a rezar a veces. Me gusta el oficio divino en latín, sobre todo los himnos de un viejo breviario que me legó un tío cura. Cuanto me gustaría que usted viniera a nuestra casa, señor deán; aquí las señas:
Antonio Parra el “Periodista”,
Villa Elena
El Rellayo,
San Juan de Piñera,
33159 (Cudillero)
Como estoy jubilado, me escapo quince días allá, cuando vaga. Mi mujer no pues aun trabaja de funcionaria de la Seguridad Social y le quedan aun dos años, pero allí soy feliz. Y le doy muchas gracias a Dios por poder aun segar la hierba, por poder leer. Tengo más de seis mil libros. No sé a quien se lo voy a dejar cuando me muera. Bueno no pensemos en la que no perdonará a nadie. Jesús bendito que tanto me ayudó en vida y me sacó de tantos precipicios me ayudará en muerte.
Valete, care magíster, et salutem plurimam. Usted don José María junto con don Pedro Recio y don Julián García Hernándo fueron personas muy importantes en mi vida. Me marcaron camino; entonces no nos dábamos cuenta inconscientes jovenzuelos de que sus amonestaciones o consejos eran por nuestro bien. Si me torcí, que Dios me perdone.



PS En mi blog haré un estudio largo sobre el hermoso folleto que me envía. Explicaré a mis lectores – cuento con cincuenta mil visitas y a veces hasta cien diarias- en una exégesis sobre este aporte que hace a la cultura gallega y española y que realiza muy circunstanciadamente con noticias desconocidas como que el Pórtico fue restaurado por los ingleses, o que su antecesor, don Epifanio, lo llevaron preso a Mahón. El estudio sobre el enigma del Maestro Mateo, magistral. De todas, todas.


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