POR
FIN NOS REUNIMOS LOS DE
Será
el 5 de septiembre en nuestro viejo seminario de Segovia, aquel caserón
herreriano en el que enseñó Retórica Diego Laínez, el segundo prepósito de
En
la noche del 9 de agosto, acababa de bisbisear Completas en honor del santo del
día: el Santo Cura de Ars, patrono de los párrocos. Todo un síntoma. Siempre le
tuve una gran devoción a este cura francés que, corto de luces, y al que
siempre tumbaban en latín y estuvieron a punto de negarle las ordenes del
presbiterato porque era un negado para el musa /musae pero a fuerza de tesón y
con las ayudas y remaches de Sancti Spiritu llegó a dominar la lengua de
Bueno
no tanto; pero san Juan María Vianney -en su persona hablaba elocuente el poder
de la gracia- le hizo un corte de manga a Voltaire y fue uno de los héroes de
¿No
me digan que tales membranzas nos llevan al hic
et nunc actual? Cada día tiene su afán y cada tiempo de la iglesia
su santo. Pero hay que dar la cara. Y él presentó cara y batalla contra Satanás
con el que sostuvo una lucha atroz; fue uno de esos santos valederos para mí al
que profeso gran devoción casi desde niño. Por desgracia no todos podemos ser
el Cura de Ars.
Entonces
sonó el móvil y al otro lado del espacio estaba Ángel San Vicente, el que saltó
tan alto "que llegó a cura" (era el cabo gastador del curso) y hoy
cura almas de Basardilla y de no sé cuantos pueblos más de nuestra querida
diócesis de Segovia, la sede de san Geroteo, si no la más antigua de España al
menos una de las que siempre conservó una recia personalidad. Era una voz que
no escuchaba yo en medio siglo o más, la del querido compañero, el pipi alto,
buen defensa en el equipo y que no ganaba su padre para sotanas, pues cada
semestre crecía un palmo, y sostenía aquel tono firme y joven de misacantano
cuando arrecharon bandera blanca en la torre de su pueblo, allá en Valverde de
Majano hace ya la tira de años.
Pues
"business as usual"
y "decíamos ayer. Más de medio siglo ha transcurrido pero en las mismas
estamos creo que entonces, cada uno portando su cruz, dueño de sus esperanzas,
alegrías, desesperos y fracasos. Seguimos en las mismas, algo más viejos y
vencidos por la edad. Veteranos pero no anquilosados ni caducos (¡qué más
quisieran nuestros enemigos y los que nos persiguen!) y hombres de hoy San
Pablo decía: os derriban y no podrán remataros. Por más que la ley de las horas
inexorables haya pintado de nieve nuestras colodras, los que todavía conserven
el pelo, que algunos estarán calvísimos. Vaya que sí.
Pues
fue todo un síntoma lo de la fiesta del Santo Cura de Ars y el libro que tenía
yo entre manos que era
La
paz significa guerra en su lenguaje; pacto, rendición; laicismo,
anticristianismo o ateísmo; Violencia de género -y esta es una sociedad
violenta- destrucción de la autoridad paterna, patente de corso para el
libertinaje y el adulterio, y emasculación del macho al que las feministas
quieren transformar en hombre objeto, en papel decorativo de zángano de
colmena; inmigración quiere decir invasión. Hablan de solidaridad a todas horas
pero ninguno cree en la caridad cristiana. Y ubi
Charitas et amor Deus
ibi est, nos recordaba el papa meses atrás en una encíclica,
glosando al augusto Agustin. Como han puesto todo del revés y adoran la cruz
inversa, todo es posible, todo les está permitido pues su poder carece de
límites. Cuentan con el ejecutivo, el legislativo, el judicial, y la massmedia.
Ahora tratan de someter a
Así
ya se puede, abusones, los ministerios de
San
Pablo, duro con ellos, se las tuvo tiesas con esa estirpe de adoradores de
Belial, y por eso lo degollaron. Pero en fin él fue alférez de nuestra lucha. Y
todavía algunos, en medio de nuestras dudas, vacilaciones y humanas miserias,
militamos bajo sus banderas.
Alguno
tiene que volver a cantarles las cuarenta. Alguno ha de colocarle el cascabel
al gato. Al calducho. Al calducho. Ex
ore infantium et lactantium
y, si no habláis vosotros, serán las piedras las que tengan que contar el caso.
Te
entiendo, Remondo, ya sabes, el chiste que nos contaba don Valeriano en tercero
de latín de aquel que cruzó una apuesta con uno. A que le digo al alcalde lo
que es en sus propios morros. ¡A que sí! ¡ A que no! Ya veremos.
Fueron
entonces convidados a una matanza. En la mesa se sentaba el alcalde cacique y
tiránico de aquella localidad. Sirvieron el primer plato. Y el buen munícipe
algo tirano tuvo ración doblada de "entre claveles y rosas su majestad es
coja". El que estaba en la matanza muy bien pudiera haber sido George Bush
y su cohorte patibularia de Warmongers
agitadores profesionales y profesionales del agit prop que pasan por ser honestos,
gente decente y de confianza en apariencia de un probidad. Por dentro son
malvados. Aquellos sepulcros blanqueados a los que se refiere Nuestro Señor.
Y
ante la carestía de sacerdotes y la penuria de apóstoles ¿por qué no se hace
uso de nuestros servicios en lo doctrinal o en lo pastoral a los que iniciamos
la carrera y llevados por el ventalle del cambio que sopló sobre nuestra
sociedad y la propia iglesia aportando muchas cosas buenas pero llevandose
otras en lo atañedero a la fe y a la defensa de los valores cristianos, y que
eran medulares a la esencia de nuestra religión [no me refiero a cambios
accidentales a los que se daba tanta importancia] que han vaciado algunos
aspectos del contenido de la fe, hoy sólo son reminiscencia, no fuimos capaces
de culminar la carrera? Si nos llamarán yo gritaría inmediatamente: Adsum.
¡Presente!
Aportaríamos
veteranía, un cierto conocimiento de los hombres y el amor imperecedero a
Recuerdo
a muchos obispos que andan también sumidos en la confusión de estos convulsos
tiempos que
No he de callar por más que con el dedo, signando ya los
labios ya la frente, silencio avises o menaces miedo, ¿No ha de haber un
espíritu valiente? ¿Ha de sentirse lo que se dice, nunca decir lo que se siente(1)
Sus
predios eran inviolables y la iglesia y los monasterios brindaban protección a
los perseguidos. Acogerse a altana se llamaba esa figura y con esas intenciones
yo diría que me gustaría refugiarme dentro del recinto sagrado de nuestro viejo
seminario. Acaso esta ilusión no sea más que un sueño, un desiderátum quijotescos pero no
sólo de pan vive el hombre. Y la fortuna ayuda a los audaces.
Hoy,
en los días del pensamiento único y de las decisiones unilaterales
aparentemente democrática pero fruto de la componenda y del trapicheo, cuando
unos pocos deciden el futuro de unos muchos, hay mucho trágala. Vive mucha más
gente perseguida, ninguneada y pisoteada en sus derechos de lo que parece. Nos
sume la batahola del doble lenguaje que alimenta el monstruo de la confusión,
la contumelia y la tristeza. El pensamiento plano reclama sumisiones al Nuevo
Orden y al Doble Lenguaje que pronosticó George Orwell.
Cunde
la apostasía y eso es aterrador. En sus orígenes
Las
verdades al lucero del alba. Aunque duelan. Retumbe sonora la voz de los
diáconos. Ha habido una matanza en el Caúcaso y un tipo que debe de ser
pariente de Stalin pues se llama Dzhigasvili o algo parecido ha organizado un
holocausto en toda la regla y ha acusado a los rusos de la masacre cuando los
autores de los bombardeos que asesinaron a victimas inocentes eran aviones
norteamericanos. Vivimos en un mundo bronco donde nada es lo que aparece, donde
se proclama la verdad útil. Un mundo plagado de trampas y de recursos
torticeros.
Otra
vez regresan las guerras de nuestros antepasados y nada menos que a una región
tan peligrosa como es el Monte Ararat donde posó el Arca de Noé. Me perdería en
consideraciones sobre arcas y alianzas pero preferí la noche pasada escuchar el
responso doliente de un chantre ortodoxo que entona las preces desde un
monasterio lejano en esta mañana de domingo a través de una radio lejana que
las elaboradas explicaciones interesadas de los entendidos de
Porque
son breves nuestros días y nuestro paso por la tierra como el humo. La voz de
ese monje sigue resonando en las cavidades lo mismo que la de mi viejo
compañero de curso que hoy me ha llamado. "Alcalducho".
"Alcalducho". Bueno vayamos al caldo que luego vendrán las morcillas.
Por fin nos reunimos. Loado sea Dios.
No
estamos viejos. Solo de cuerpo. Pero nuestro amor a los hombres no menguó y
seguimos tan ilusionados con el mundo, amando a los hombres como entonces.
Claro que ya vamos de vencida. Pero la palabra y el amor el verdadero amor que
conocimos en el viejo caserón alguna veces a palo pero ello no es óbice para
que sigamos amando a la iglesia, aunque la critiquemos pues las cartas cantan y
así lo dicen las epístolas de San Pablo. Una cosa es la cáscara, lo exterior, y
lo que es accidente y otra la medula eterna de nuestra comunión con Cristo.
El
día 5 de septiembre a la sombra del
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