2017-03-06

todavia el buen cid en mi corazón cabalga

TESTAMENTO DE Dª URRACA
 


Que a los moros por dinero y a los cristianos de gracia… callades hija callades no digais tales palabras que la mujer que lo dijere bien merecería ser quemada. Este dialogo creó una semblanza de una princesa castelana creo que fue la primera feminista de la historia de España. Lo hago con quien me apetece y porque me da la gana. Asustado el buen rey don Fernando escuchaba a la muchacha que se resitía a ser preterida y minusvalorada. Era allá `por el siglo XII y las de Podemos no eran ni siquiera un guiño en el ojo de su tatarabuelo.


De todas las maneras este hermoso poema injerto en el drama las Mocedades del Cid es todo un canto a Zamora la bien cercada por un lado la cerca el Duero y por otra peña tajada. De allí proviene el ínclito Pablo Iglesias y de allí era Rufo Gamazo y Mostaza y otros amigos míos que se me han muerto como Agustín García Calvo. El parlamento entre la infanta, el Cid Campeador que saca la cara por la princesa y el rey Fernando cuando hace sus mandas. A Sancho le deja Castilla a don Alonso León a don García Vizcaya “ y a mí porque soy mujer me dejáis desheredada siendo, padre, vuestra hija, siendo de Castilla infanta habré de ir de tierra a vender mi cuerpo como una mujer errada”… allá respondió el rey con tiernísimas entrañas dando aljófar de los ojos a la plata de las canas (bellísima imagen de un rey viejo que llora) “callades, hija, callades, no digais tales palabras aquella que lo dice merecería ser quemada; pues allá en Castilla la Vieja un rincón se me olvidaba; Zamora tiene por nombre Zamora la bien cercada y aquel que se la quitare mi maldición sobre él caiga… todos dicen amen, amen, pero tú don Sancho callas.


La pieza es toda una joya de nuestro teatro del siglo de oro. Guillén de Castro como una acuarelista de la época imprime energía y velocidad a la acción.  Esta comedia contribuyó a la glorificación de Rodrigo Díaz de Vivar como héroe epónimo de la historia de España. Un teatro que debiera representarse en todos nuestros colegios.


Los personajes no son de cartón piedra sino que viven con fuerza. Protagonista el Campeador y deuteragonista doña Urraca y la mora zaida se enfrentan a su destino. la mentalidad del héroe de los Cantares de Gesta y la de los de Kafka o Galdós no han variado demasiado. Se enfrentan a las mismas situaciones.


La trama se construye sobre la invicta Zamora la bien cercada. Al morir Fernando I hizo un reparto inequitativo a tenor con la costumbre arraigada entre los godos del derecho de primogenitura: A García Galicia y Vizcaya, a Alfonso León y Asturias pero Castilla que era la parte del león lega en heredad a Sancho; la pequeña ciudad de Toro y Zamora son para sus dos hijas Elvira y Urraca “a mí por ser mujer me has dejado, padre, desheredada”. El eco del lamento de doña Urraca, enamorada precisamente del de Vivar resuena a lo largo de la historia española.


Por encima de estas arbitrariedades está el honor y la lealtad representado por el Cid Campeador que sirve a su rey rey caiga quien caiga. Durante el cerco de la ciudad castellana mediante un ardid el traidor Bellido Dolfos entra en el campamento del monarca y conduciéndolo a un descampado cerca de la muralla cuando Sancho va a hacer una necesidad fisiológica.


Bellido Dolfos ha pasado junto con el obispo don Opas como símbolo de la felonía y de la traición que son parte también de nuestra historia. Lo mata por la espalda y huye a la plaza de Zamora gobernada por doña Urraca. Don Sancho se puso a hacer sus necesidades detrás de un valladar cuando le segó la cerviz el venablo de Doldos. Sin embargo, la carga dramática de la obra se fortalece con escenas como la visión que tuvo don Sancho antes de morirá cuando se le aparece su padre muerto y le reprocha su desobediencia. “pagaste hijo amores con desdén y lealtades con engaños”. Van implícitos en el argumento los amores de la infanta hacia el Cid y el de Alfonso VI con la mora Zaida hija de Miramamolín que le da hospedaje en Toledo.


Se trata pues de una novela fronteriza en la cual no se maldice al Islam sino que se enaltece el valor de aquellos reinados taifas a los que Rodrigo sirve — es un soldado de fortuna que peleando gana su pan y lo mismo lucha contra los moros que contra los cristianos— y tal galardón es todo un paradigma didáctico que hoy se desdeñaría por “impolítico”. Hay versos triunfales como “helo, helo por do viene el infante vengador” que nutren la rica savia heroica de nuestro romancero. Se insertan consejos que son perlas “no hay corona segura ni tiara” el buen rey don Sancho fue victima de la deslealtad a la palabra dada a su progenitor el cual lo maldijo. “Reto al agua, reto al vino. Reto a chicos y grandes. A las mujeres y a los niños. A los muertos y a los vivos. A las aves de los vientos y a los peces de los ríos". Alfonso le regala a la mora Zaida estos versos: “ tú fuiste después de los cielos gobierno de mi albedrío… tú serás reina de España” y la princesa mora contesta: “con ser tuya me contento”. El repto o duelo entre el Cid y Arias Gonzalo recuerdan pasajes de la Ilíada entre Aquiles y Agamenón. El hijo del infanzón frente a los muros de Zamora alcanza proporciones homéricas. Dolfos murió arrastrado por la cola de una yegua. Lo hicieron cuartos. Aquella Castilla no pagaba traidores. El mismo grandioso tono de tragedia griega alcanzan las maldiciones que profieren los personajes durante el duelo: “Abarcas traigan calzadas y no zapatos de lazo, villanos te hablen, Alonso, que no fijosdalgo, de las Asturias de Oviedo que no sean castellanos. Ojala te maten con cuchillos montañeses que no con puñales dorados y capas traigan aguaderas que no de contrai delicado y sáquenle el corazón por el siniestro costado si fuiste y si consentiste en la muerte de tu hermano. ¿Juraslo así? Así lo juro y es testigo el cielo santo”. Excelsa parrafada. Guillén de Castro escribe: Colérico el rey le ha mirado. El Cid parte al destierro Con unos cuantos vasallos”.


Es el formulario del juramento de Santa Gadea. El Cid perdió el hogar, sus lares, su mujer y sus dos hijas pero su honra quedó incólume. Telón.

SEÑORA MINISTRA DE DEFENSA TENGA LA BONDAD DE ECHAR UN VISTAZO A ESTAS FOTOS














DEPLORABLE ESTADO DEL CUARTEL REGIMIENTO ARTILLERIA Nº 41 DE MEDINA DEL CAMPO

 

Fue uno de los regimientos cuya bandera ondeó en las guerras de Flandes con mayor prestigio y en la metopa o insignia de la agrupación pone "ni del rey oficio ni del Papa beneficio" puesto que su lema era servir sin pedir nada a cambio. Una profunda tristeza me conmueve por el estado de abandono y la incuria en que se encuentra el recinto. Ya no suenan aquellas voces de "cabo guardia" ni asoman por la garita el gorro de los centinelas. A la entrada al lado de las bombetas y los dos obuses de artillería de costa (un verdadero milagro que no se lo hayan llevado) en la escalera imperial crecen árboles salvajes y la hiedra del olvido a las antiguas gestas se apodera. España indefensa. No viene por acá la señora ministra a hacerse la foto. Hay en el frontis una estatua de la diosa Niké degollada y un monumento a los caídos cubiertos por la madreselva. Imagen deplorable, pero a mí la guardia. Esto es un insulto al centinela que en el reglamento de justicia militar se castigaba con pena de muerte. España está indefensa. Estas fotos se las regalo a José Maria Aznar el premier que desarticuló el ejercito con uno de sus ukases a ver si se le mueve el bigotito. A mí como antiguo artillero se me caen los palos del sombrajo

COMO DEBIERA SER UN REY


AVISO A NAVEGANTES

 

Rey que no face justicia

No debiera de reinar

No montará a caballo

Ni con la reina folgar

Yo de amores me abraso

Viendo estoy al gavilán

Que vuela y vuela

Por lo alto del corral

Matome mis palomicas

Criadas y por criar

La sangre que sale dellas

Me ha salpicado el brial

Ay amor en tu sol me yelo

Ya no puedo sosegar

 

(lamento de doña Urraca en el romancero)

2017-03-05

ofende a mi dignidad de español

QUEMO EL LIBRO DEL PADRE LAS CASAS






LAS CASAS FAUTOR DE LA LEYENDA NEGRA

 

Brevísima relación de la destrucción es libro que no haya por donde cogerlo. Vaca de misterio señalar cómo un texto tan malo haya podido recabar tanta repercusión, tanto nombradío y momento. Porque es todo un género literario que hizo escuela. En sus páginas amazacotadas y confusas se guarda el fermento de la hispanofobia.

A lo largo de sus capítulos se repite el mismo asunto, como un disco rayado: la matanza de los indios, la crueldad de los conquistadores, el tinte sicalíptico de la empresa: rapto de mujeres, búsqueda del oro y riquezas. Es la obra de un converso y se percibe a través de los capítulos esa tendencia a la exageración sin medida, ese rasgarse farisaico las vestiduras, narrado desde la parcialidad y el afán de desquite, vertiendo vitriolo con saña. Y en esas estamos desde que en 1552 vio la luz el mamotreto, en forma de carta al rey Felipe II.

Bartolomé de las Casas o Casaus (Sevilla 1474 – Madrid 1566) es el clásico buenista, clérigo orgulloso, sañudo y cruel, carácter difícil y lleno de soberbia, obseso sexual y seguramente de costumbres disolutas miembro de la orden dominicana a la cual según la bula de Alejandro VI se la abstendría de predicar el evangelio en el nuevo mundo. 

El tratado de Tordesillas de 1493 otorga a los jerónimos esa jurisdicción. Obra magnífica, la más grande después de la Creación e inexplicable: unos pocos castellanos y extremeños que apenas sabían leer en menos de un siglo, desde 1492 primer viaje de Colón hasta 1557 cuando Caupolicán caudillo de los araucanos es vencido por Pedro de Valdivia, domeñan un continente. Miles y miles de kilómetros pereciendo muchos de sus expedicionarios a causa de las enfermedades o la imposibilidad de domeñar aquella naturaleza virgen selvas amazónicas, cordilleras andinas infranqueables con sus anfractuosidades virgenes llenos de plantas desconocidas y de animales jamás vistos en España,   desiertos donde no llovía nunca.

El libelo de las Casas fue todo un superventas en las librerías de Paris, Ámsterdam y Londres. Sus agentes comerciales eran judíos los que con sus caudales subvenían la leyenda negra. Quizás los que viajan en el carro de la mentira que quiere acabar con España sean deudos de aquellos mentores infames hábiles en su continuada felonía y a ellos se unió, cosa grave, el papa argentino.

Ni que decir tiene que el oro del Perú y la plata del Potosí no irían a parar a las arcas del tesoro real castellano sino que fue la opulencia de los banqueros genoveses y holandeses. Durante todo este tiempo se alcanzó la asimilación y culturización de millones de seres. Como señalan Fernández de Oviedo y Ginés de Sepúlveda el sometimiento de aquellas tribus que vivían en la Edad de Piedra se planteó desde objetivos esotéricos y altruistas. A par de eso hubo la ferocidad y rapacidad de los encomenderos y la entrada en juego de las pasiones humanas porque aquellos desarrapados estaban sujetos a las reglas del pecado original.

Es más, el propio obispo de Chiapas fue encomendero y esclavista en una primera época. Su prosa tiene la dureza del jachalí el árbol americano del que se extrae la caoba. Para honra de Castilla la colonización indígena no supuso el exterminio de los moradores ni hubo entre ellos un Búfalo Bill el cual “Colt” en ristre exterminaría a los apaches. Al contrario hubo fusión de razas y se llegó al mestizaje gracias al cual cerca de quinientos millones de seres humanos hablan español. De haber dado a la imprenta su Brevísima Relación en Paris o en Londres Las Casas hubiera acabado en el patíbulo. Lejos de tal cosa pudo morir nonagenario en su convento madrileño. Es más sus teorías en pro de la defensa del indio dieron pábulo a la Teología de los Derechos Humanos en Salamanca, dicho sea sin prejuicio de parte. Se refiere en su tratado— en un estilo monocorde y amazacotado sin probar hechos ni acotar nombres parlando por boca de ganso, lo que se dice, lo que le contaron y como si él no fuese español— a los pobladores de Cuba, Jamaica, Nicaragua, Nueva España (México) Guatemala, Falisco, Yucatán, Santa Marta, Cartagena, Trinidad, Yupapari, Florida, Venezuela, Río de la Plata, Nueva Granada, Perú. En todos los capítulos se leen párrafos del siguiente tenor: “el capitán mandó robar lo que tenían quitándoles las mujeres a los indios quemándolos vivos y echándoles a los perros bravos y atormentándolos con otras crueldades que esto me lo dijo a mí un religioso de san Francisco el padre san Román que con él iba”.

¡Qué horror! Este dominico sevillano de oscuro linaje no sólo es el padre de la leyenda negra sino también el inspirador de la Teología de la Venganza la Liberación como  holocausto de los viejos valores cristianos. Abrió la boca del infierno y grabó en las nubes del cielo la palabra alemana “Rache” (revancha).

Acaso sean los renglones torcidos de Dios por lo que aseveramos con el historiador Plinio que no hay libro malo que no tenga algo bueno. Este fraile con sus parcialidades y falta de decoro debe de abrir los ojos a los incautos profesos de la leyenda negra. En el fondo, su pasquín es un alegato sobre toda ponderación al espíritu de tolerancia jurisprudente que anima al Derecho hispano desde las Partidas hasta la última constitución.

 

 

beatriz galindo mi antecesora una judia que sabía latin y yo pertenezco a su familia. Enseñó la lengua del lacio a la Reina Santa

2017-03-04

LOAS AL SILENCIO
 


Sile et psalle. Calle tu boca y la lengua alabe al Señor. En el coso taurino del mundo se torea a voces y con tanta algarabía no puede lograrse la concentración. Dios majestuoso mora en la quietud de los paisajes y se sienta a contemplar su creación desde las cumbres de las montañas. Satanás prefiere el bullicio de las tabernas y los nuevos burdeles mediáticos que son algunas cadenas de televisión pues en ella hace su avío. El silencio de los místicos es una forma de santificación, limpia el corazón alejándolo de las pasiones. Guarda tu lengua es el primer consejo que el staretz da en los monasterios rusos a los novicios que se preparan para escalar la empinada cuesta de la mortificación. Canta pues y prorrumpe en alabanzas era la fórmula mágica de los padres del yermo. San Pacomio escribe su regla monástica haciéndola girar en torno a ese principio como contraveneno del mundanal ruido. Dejen parlar a las cotorras.







2017-03-03

VII CENTENARIO DEL PATRÓN DE LOS ARCHIVEROS SAN ALBERTO MAGNO
Antonio Parra


Pasado san Eugenio, el visigodo francés que ganó la Silla de Toledo, las bellotas en el barreño, dice el refrán. Hermoso tiempo de granazón y de días tibios, el campo es un sedante a los ojos, y los paisajes de España parecen de terciopelo. Poco se compadece esto con el vértigo, el desasosiego, las trifulcas que estamos viviendo. Peregriné a Soria por promesa y por agradecimiento - de esta hégira Deo volente les hablaré otro día ya que aquel baguda vasco hispanorromano que renunció al matrimonio con la hija del rey Godo y se fue al desierto de la Peñalba para mirarse en Dios y acaso encontrarse a sí mismo en los soledosos pedregales de la alta paramera, me parece de gran interés- pero se acaba pasar la fecha del tránsito, coincidente en la epacta mozárabe con el del glorioso arzobispo de Toledo, de Alberto Magno que murió un 15 de noviembre de 1280; nació en 1206.
Su perfil obedece a esa Iglesia pregrinans in terra que guarda poco lado con esa otra Iglesia de la política, la de las mitras y los báculos, la de los obispillos blincas, rencorosos imbuidos de la satánica soberbia, y no digo nombres, la de los curas trabucaires que otra vez se han tirado al monte, pistola al cinto y defienden a un ejército de liberación nacional-entre paréntesis- que asesina por la espalda que se lleva cargados a más de mil españoles inocentes. Todo eso es apariencia, aspecto, accidente, coyuntura. Y yo voy por las sustancias y las esencias.
 El tiempo de Dios y el tiempo de la Iglesia no coincide con nuestros cómputos seculares. Yo hablo de esa otra Iglesia esotérica que se nutre del rescate y del milagro de la sangre de la redención. Conductora del pueblo y espolique de la sabiduría. A esa es la que pertenece este alemán, lumbrera del siglo XIII. Después otro coterráneo suyo Parecelso le daría la razón diciendo que hay que estudiar la Escritura y henchir el corazón de las tres virtudes teologales que son la fe, la esperanza y la caridad, pero actuar como si Dios no existiera estudiando la naturaleza donde late el pensamiento divino y se palpa la economía de la salvación- los planes de Criador para el mundo por Él criado en perpetuo movimiento, desarrollo y cambio, claro  que permite el entendimiento de las causas y los efectos. Un gigante en definitivo era Alberto Magno o Alberto el Mago porque en su afán por el estudio no le hizo ascos incluso a la práctica de las ciencias ocultas.
 Según refieren sus biógrafos llegó a inventar una cabeza parlante, un robot (parece ser que esta iniciación en la matemática aplicada le vino a través de los templarios que fueron los precursores del ordenador y de la televisión y mirando a las estrellas muchos de sus freires conocieron los secretos de la telepatía y la telekinesia; me estoy refiriendo al famoso baffomet que funcionaba mediante impulsos binarios, esto es en bytes como un PC como éste en el cual les estoy escribiendo).
Sin embargo este “monstruo” asustó de tal manera a su discípulo santo Tomás de Aquino que lo destruyó a martillazos. Parece ser que el napolitano aunque le llamaran el Doctor Angélico luego de angelical tenía muy poco. Corrió por los tránsitos de su convento a una bella jarifa - a las mujeres no sé por qué siempre les han gustado los frailes y sobre todo si eran jóvenes y apolíneos como Tomás de Aquino en su juventud, luego engordó pesaba más que yo 125 kilos y tenían que sacarle en una silla al sol, murió de gordo a los cuarenta y tantos antes que su maestro, por una apoplejía- con un tizón encendido al grito de vade retro, la moza desnuda como la madre que la parió y el pobre novicio lleno de ira meneando sus capisayos y manteos en pos. Tea a la tentación. Iskra.
 San Alberto es patrón de los archivos porque creía que el conocimiento se almacena y de los legajos, mamotretos, tumbos, se desprende después la conclusión del progreso y de los avances técnicos. Su obra gigantesca (escribía cinco folios al día) y tendría luego en España  un imitador el P. Torquemada alias el Tostado. Nada daba por supuesto ni de contado. Su credo de comportamiento era el estudio y la compulsión de todo lo que sorprende al ser humano en su paso por la tierra. A sus Summa de criaturas agregó el Comentario a las sentencias y el de las Exégesis. En números redondos más de cinco mil páginas. Criticó a los escolásticos reduccionistas y retóricos y su lema era: “terminaremos todos hablando de las cosas de Dios”basándose en el dictamen paulino de que “ninguna cosa humana me ha de ser ajena”, lo que a algunos de sus contemporáneos escandalizó bajo sospecha de herejía y de panteísmo.
 Incluso estableció un laboratorio en su convento donde tenía una alquitara y un taller mecánico. Mucho de aguantarle el prior que temía por la seguridad de ña casa y al que aquellos cachivaches le daban miedo. Murmuraban sus hermanos de hábito porque parece ser que en aquellos tiempos fray Adalberto de Lauiengen era una especie de profesor chiflado, pero adelante el inventor.




Los mantistas de la Sorbona no querían creerlo. Su conocimiento del griego y del hebreo le permitió estudiar a Tolomeo, las Categorías de Aristóteles y las Etimologías de San Isidoro. Tenía una biblioteca enorme y su archivo era un digesto de incunables adquiridos a precio de oro en los monasterios medievales sobre todo los de los griegos y, tomado el hábito de los frailes mendicantes de Santo Domingo, enseñó Mechanica en Colonia, Teodicea en Friburgo y el Trivium y el Quadrivium en Paris. Los datos ciertos sobre su vida los encontramos en el “Cronicón de Helsford” y de la “Leyenda” que lo describe como un fraile piadoso al que sus condiscípulos y maestros conocían con el nombre del filósofo. No conoció a san Bernardo de Claraval que murió muchos años de que él naciera a orillas del Danubio pero toda su religiosidad parece imbuida del pensamiento templario- cisterciense y del espíritu de Cruzada pero con su amor al estudio y a la praxis piensa que la conquista de Jerusalén ha de ser más que física espiritual. De ahí su esoterismo y su admiración por la gnosis de los monjes del Temple que sabían mucho de Astronomía y Astrología, de Medicina y de los misterios de la naturaleza humana tras su paso por el Oriente. Vivió tiempo glorioso cuando se construyen las grandes catedrales francesas y las ordenes militares expanden su dominio por el Mediterráneo y por España. Cuenca, Segovia, Ponferrada y otros baluartes templarios fueron construidos por monjes franceses que seguramente escucharon las lecciones de Alberto Magno desde su cátedra en la Sorbona. El triunfo del gótico, la teología y el descubrimiento de una serie de axiomas soteriológicos que se han perdido y went in hiding como dicen los ingleses, fueron sumidos por el vértigo de los tiempos pero que algún día volverán a la superficie.
 En este siglo de oro del cristianismo Cristo era un gran músico y un arquitecto. También era el Christus Medicus que preconiza la alquimia. Era el espíritu de los tiempos de entusiasmo y de pasión por el conocimiento que en la Iglesia actual parece brillar por su ausencia con todos esos clérigos acoquinados o la defensiva. El nivel intelectual de los ordenados in sacris ha caído en picado y ellos tienen un poco la culpa de que las feligresías mengüen en las misas de doce que en estas solo haya viejos porque con sus sermones y feligresías que parecen pronunciados por extraterrestres aburren a las mismas ovejas.
 Si esto sigue así muchas parroquias no tardando mucho tendrán que echar el cierre por falta de quórum. O facciosos del gran contubernio como ese Setién. Menos mal que ellos forman parte de la hojarasca. Lo de fuera. El don de sabiduría, de la curación, del milagro y la esperanza de lumbreras místicas como Teresa de Lisieux, mi abogada quien por cierto me acaba de hacer otra de sus “faenas” maravillosas echandome una manita - bendita sea- se esconde en la pulpa interior. Es en Iglesia en la que creo y confío, depositaria de la fe, el tesón y a veces la cólera que me impulsa a escribir.
 Hoy si volviera el P. Isla se forraría con una nueva versión del fray Gerundio de Campazas aplicada a los curas post conciliares. Esto tiene que cambiar. Que ordenen a presbíteros que aunque sean hombres casados poseen un cociente intelectual de sabiduría y de amor a la Iglesia mayor que todos estos destripaterrones con sotana funcionarios o que hacen encajes de bolillos con discursos incendiarios desde la Cope. El compromiso con Xto. exige mucho más de lo que ellos están dando. Quieren estar al santo y a la limosna y el Señor nos lo dijo bien clarito: no se puede servir a dos amos.
 En el centenario  de San Alberto Magno el hombre de ciencia y el archivo viviente les exhorto e invito a seguir su ejemplo. Ha pasado  este centenario desapercibido en la propia Iglesia. También hay santos a los que parece ser que las fuerzas Oscuras quieren descabalgar o bajar de la hornacina según y como, lo que no merma un ápice la magnitud de este bávaro como el actual sucesor de San Pedro del que se dijo en su epitafio: “cunctis luxisti, scriptis praeclarus fuisti, mundo luxisti, quia totum praeclarus fuisti”(a todos iluminaste, fuiste preclaro en tus escritos, aun muriendo a las cosas del mundo porque todo lo que es cognoscible supiste). Era un archivo viviente, padre de la poligrafía. Muchos siglos más tarde el gran archivero norteamericano Dewit se inspiró seguramente en sus obras para establecer el CDU (Código Decimal Unificado) de 1895 que es la base de la moderna archivística. Bien es verdad que el conocimiento que proclama es un conocimiento cerrado y no abierto pero los que acusan a la SRI de oscurantista ¿no se están guardando ellos también cartas bajo la manda basados en el aforismo de que saber es poder y hoy más que nunca? pero de todo eso les hablaré otro día mientras me pongo debajo de esta lumbrera espiritual encendida por San Alberto hace siete centurias. Por hoy ahí queda eso.


REFRANES

están viendo como bobos al Imedio, se les pasó el arroz, pues el que casa de viejo pronto entrega el pellejo y agua que no has de beber dejala correr

echando las cartas y consultando las habas

CONSULTO LAS CARTAS DEL TAROT Y PRENDO FUEGO A LA BARAJA
 


Nada entendemos la vida pasa mi alma está hecha un armadijo consulto la Guia de Perplejos tiro el libro de ideas tan trilladas consejos para andar por casa y me recluyo en el castillo de la palabra. Una nueva fundación aparece en lontananza. El viejo monasterio se trastorna burdel. Recorro, perdido en el laberinto, el palacio de las dos mil habitaciones subo al desván de la torre cuadrada que llaman de las Lujanas. El alma castellana aspira a convertirse en un Escorial interior pero ahora todo lo español se encuentra patas arriba el alma por los suelos, tiro al cubilete de Trump y me sale la sota de espadas (tierra), mal presagio. Hubiera deseado el tres de copas (agua) o el Orón (fuego) y la piculina, entrometida y hetaira, cada palo aguante su vela que van a pintar bastos (aire) me anuncian tiempos convulsos. Claro que yo no soy la Virgen de Fátima, detesto la guija, aunque en noches de insomnios hago solitarios al cubilete y desparramo las cartas.


 ¡Qué dolor nos acontece pues se nos viene, entre la indiferencia general, la fractura de la patria! peor mucho peor que aquel verano del 98. El tupé de Sagasta equivale, rediviva, a la sonrisa sandia del Rajoy; los labios carnosos de la archivera Rompeolas (debes hacerle, cariño, con esos labios reventones a tu corvo, buenas chupadas) guay de mi España. Todos farfullan y hacen lances, carta en la mesa presa. Me temo que en este revoltijo, ganancia de pescadores, se prepare el guirigay.


El Expedito▬ no era mi amigo: siento haber depositado en su persona toda mi confianza▬ aunque no era más que un personaje de mi novela protagonista u deuteragonista, dos oficios a la vez: el primordial y el secundario.  


Con él que hablo alguna que otra tarde del invierno. Alea jacta est.  Las ratas se han subido a los cajones y circula por los pasillos una de las Furias anunciando desdichas a mansalva.


Y ha venido a visitarme alma en pena de Expedito. Acompañado de Mig-16 al que extirparon un riñón y se murió a los pocos días. La sesquipedal tan atalajada y tan tiesa pasa revista a las tropas de un ejército que no existe. El Sevilla en la Onda capullo de las mañanas y sus jaques parlotean y ríen con estruendo hablando de temas sin sustancia. El hijo del Críspelo Perea, aquel pobrecito al que mataron en un puticlub Dios le haya perdonado templa gaitas en medio de la orquesta de este baile de máscara.


Es lo deja vu en este tiempo de saturnales y conjuros. Pero a mi lo que más me alegra en estos días de dolor y de visitación es que haya caído una nevada de metro y medio en los cerros de Manzaneras suculento aporte edáfico para los chopos corpulentos y antañones más grandes que vi en el mundo sobre la ribera de aquel río que iba a Valencia. Teruel existe. La amada provincia escondida padeció una pavorosa sequía el estío pasado.


Ya está aquí por lo demás el antruejo no para de estar España en fiesta. Los de la banda municipal bajan por la calle Real tocando el requinto. Hacen su estruendo los petardos. Ya se oye el clangor de los cencerros abriendo carrera para que desciendan del olimpo las bacantes. El pobre pueblo aburrido paga su aldehala al vino y se entrega a los excesos de lujurias programadas desde arriba. Venus está lejos y el personal se divierte escuchando las aventuras y saltos de cama de una murciana con un monarca. Putero nos salió el rey; claro que para eso es el rey de copas, bastos, oros y espadas, y aquí los reyes y los obispos siempre gozaron de derecho de pernada.
Me ha salido una carta mala. El caballo de bastos, que corresponde con el arcano XIII del Tarot. Es para echarse a temblar y me rila la mano pero paciencia y barajar. Veo sombras terribles. Dios no lo permita. La carta de la muerte se sube al caballo de un tipo peludo al que sirve un escudero bizco y barrigón. Ambos hablan en lemosín. ¡Qué tendrá que ver la dulce lengua de Ausias March con estos tartufos!


Sancte Michael arcangel, defende nos in proelio contra nequitiam et insidias diaboli esto nobis praesidium.


Del mal que viene no tienen la culpa los judíos.
Es que en esta España católica y perversa nos hemos vuelto muy malos. Guardo los naipes. La oración al Jefe de la Milicia celeste me tranquiliza en medio del pavor, acordándome de que todavía viven justos en Israel... el mal triunfa pero sólo momento de. Señor, pase de mi este cáliz. Ne avertas faciem tuam a me.
Echo a la lumbre las sesenta y ocho cartas del maldito juego del Tarot. Brilla la luna en cuarto menguante esta madrugada. Creo que este aviso premonitorio no es más que una pesadilla por los dolores de España. Mis pensamientos en revoltijo, trato de espantarlos, escondido entre las sábanas, mientras despabilo el insomnio de la madrugada.

2017-03-01

GRACIAN CAPELLAN DE LOS TERCIOS EN LA GUERRA CONTRA CATALUÑA


GRACIÁN REDIVIVO
Nieve en las cumbres y el sol, tan literario, nos sonríe ya, devuelven sus rayos sonrisas repartidas en las alforjas de los recuerdos.  Febrero se despide con cortesía. Trae memorias de lo que fue y yo sigo con mis clásicos en un ir y venir que llaman acarrear. Baltasar Gracián Morales Cariñena Huesca 1601 pero pasó su infancia en Toledo. Fue domestico del cardenal Paravichino y  bajaba por la solana del Tajo a ver pintar al Greco. Sin una profunda vocación religiosa tomaría los votos de la compañía de Jesús. Sin ser un monje devoto cumplió con la Regla a pesar de no entenderse con el superior. La literatura hispana en ello perdió a un místico y ganó a una de las plumas más sagaces en castellano. Quería una vida tranquila. No la tuvo pues en el convento probarían su carácter algo  levantisco sometiéndole al capelo y a esas durísimas probaciones jesuitinas o judiadas que suelen hacer a cuantos quieran profesar en la orden ignaciana. No fue un hombre feliz pero la austeridad como forma de vida le ayudaría a vivir hacia adentro y sobre todo esta condición de ordenado al sacerdote le valdría para dedicarse a escribir. Sería el gran prosista castellano después de Quevedo y Cervantes. No se llevaba bien ni con los catalanes ni con los valencianos. El motín de los segadores del Corpus situaría a Gracián acérrimo aragonés de parte de Castilla Después de su tránsito por Gandía la casa madre de la orden y por Gerona es enviado como prefecto de latinidad a Calatayud, y luego va de maestrillo a Calahorra. Allí tiene que echarle un réspice (rapapolvos) a un portugués el padre Tonda “por haber tenido algunas flaquezas con las mujeres” al tiempo que termina de revisar el manuscrito de su libro “El héroe” que dedica al rey Felipe vi. El texto se imprime en los tórculos del oscense Nogués. En 1639 estalla la guerra de Cataluña y el P. Gracián se enrola como capellán de una compañía del Tercio de Sicilia a las órdenes del duque de Noceal. Siendo su capitán el marqués de Leganés. Los soldados de su división llamarían al buen clérigo padre de la victoria. De regreso a Huesca con las tropas publica Agudeza y arte de ingenio y al poco tiempo El discreto  y la primera parte del Criticón su libro más famoso.  Por los conceptos que expresa contra corriente le crecen los enanos y se multiplican sus enemigos tanto fuera como dentro de la Compañía. Baltasar Gracián conviene saberlo les caía mal a muchos por su ascendiente converso y que sabía mucho más de la Escritura que sus rivales y eso es lo que más jode a un español que el otro resulte más eximio en las artes que el uno practica, ya sea en las bellas artes, en el periodismo, o la política. Somos un país maravilloso pero cainita. Padre Nickel prepósito general le ordena que deje de escribir y lo recluye en la casa de la Compañía en Tarazona y luego a Graus en una celda de castigo. Estuvo tres meses a pan y agua. No se rin de el indómito profesor pues decía para libre Aragón y para cojonudo yo.  Esta energía y talante anarquista flota sobre toda la obra gracianesca. Muere sin reconciliarse con el Papa Negro el 6 de noviembre de 1558 a la vista de las cumbres del Moncayo de aquellos Pirineos que él amó tanto. Tenía la y no era muy agraciado físicamente bajo de cuerpo con la cabeza grande miope y de color cetrino cara de pocos amigos pero en su frente parece resplandecer el sol de la gnosis. Aspiraba al dominio de las tres S: santidad, salud, sapiencia. Más valen quintaesencias que fárragos y lo bueno si breve dos veces bueno. Lector empedernido. España era para él la cultura perfecta porque solemos mejor entender a los otros de oficio que en el cara a cara que donde hay mucha confianza da asco. No hay lisonja no hay fullería mejor que un libro cada día. Un libro y un amigo quiero yo en mis lares. Con  libros todos los días converso, y su dulce plática son el mejor viático de la existencia.
Este bibilitano bien se conoce haber nacido paisano del poeta Marcial padre de la sátira presenta la calidad de su arte un acendrado barroquismo. Gracián es escritor de escritores, epígono de la erudición, párrafos largos y quintaesencias que la crítica olvida con frecuencia y de nuevo se pone de moda a clavo pasado. En 2017 en una España que se enfrenta al secesionismo catalán vuelve el padre Gracián al palenque de lo novedoso.
Los grandes hombres son indefinibles porque no están sujetos a norma alguna. Gracián maneja la alegoría y el aforismo con gravedad y sutileza. Por los altos cielos de la alegoría a la que él se eleva vuelan los monstruos. Hay atisbos en el Criticón que anticipan a los aguafuertes de la época negra de Goya o los retablos del Bosco, a golpes de cultismo y paranomasias. Murió a los 56 años.

 

2017-02-28

GRAN DESCUBRIMIENTO: UN CONVERSO SEGOVIANO AUTOR DEL LAZARILLO


OBERTURA AL LIBRO DEL LAZARILLO

 

Uno de los enigmas de la literatura española fue el anonimato en que permaneció este libro paradigmático del género picaresco durante cinco siglos. Antonio PARRA aquí encuentra su filiación de los padres putativos que hubo y el real que no pudo ser otro que el médico segoviano Andrés Laguna, que utilizaba también otro nombre de pluma: Cristóbal de Villalón. Era de padres conversos y no se atrevió a signar sus originales pero Antonio Parra mediante el cotejo de estilos encontró sorprendentes e irrefutables paralelismos entre el Crotalón, El Viaje a Turquía y El Lazarillo.

2017-02-27

son distomos estos chicos del politiqueo y la mugre jornalista


DISTOMOS DOS BOCAS. DOS CUENTAS. DOBLE VARA DE MEDIR. Y PARECÍAN BOBOS

 

Pasa el Señor, invisible presencia, dejando un reguero de amor que no llega a mi veril. Hemos perdido, estamos cansados golpeados, manipulados, escondidos en nuestros pisos sin ganas de salir mientras nuestros enemigos ríen a mandíbula batiente, nos insultan y escupen, nos conminan y amenazan, y nos recuerdan por lo de entonces, alzan la rodela victoriosa, hemos ganado. Ronaldo el portugués está que se sale. Messi es un gigante argentino de pequeña estatura con el balón pegado a la bota. Y a mí ¿qué coños me importa? Pero los de la tv no hablan de otra cosa y pasan el traile. Messi y Ronaldo lo tenemos hasta en la sopa.  

El pretor en Cortes sonríe mientras larga su espich que es un escarche a la ciudadanía su boca de liebre —un poco más y se le cae la dentadura postiza—, que hoy no le puso crema corega al aparato. A su lado se sienta la mini chica destapando el frasco de las esencias parlamentarias. Perdidos en la tromba de retórica añoramos el silencio y el perfume de la rosa. Son dítonos dos bocas, dos conciencias, dos comportamientos que la hipocresía está a la orden del día y ojos cinco pero por el que más miran es por el ojo del culo que carece de pupila.

El señor es mi baluarte caminaré sobre el áspid y el basilisco.  ¿Pero me librará de esta cáfila de compadres y comadres saduceas? Él me dará entendimiento para comprender sus mandamientos y no derrumbarme mientras subo peldaños y más peldaños del husillo de la escalera de caracol que lleva hasta la cima de la santidad y el amor que dicen que es la superación de la muerte. Too much. Demasiado. Necesito humo para huir de los recuerdos que me torturan. Enciendo una pipa, pecador de mí.

Mientras tanto el pretor que arenga a los padres conscriptos no cede un momento en su sonrisa bobalicona y en sus amenazas contundentes. Dijo no sé qué de los salvapatrias. Lo suyo es la economía. Que va para atrás como los cangrejos. Cada día más pobres. Sube la temperatura del odio y la mierda, llega a los caireles, tanto hablar de corrupción. La zorra guarda el gallinero. ¿No ves que se le han caído los dientes y lleva castañuelas? Pasa nada. Vendrán los lobos a comerse los pollos que no pudo devorar el raposo. Señor Rajoy, tiene el miércoles cita con el dentista

MARAÑÓN DE NO SER MEDICO ME HUBIERA GUSTADO EJERCER DE LIBRERO DE LANCE"


EL DOCTOR MARAÑÓN TRAPERO DEL TIEMPO

 

“Las cosas no son como son ni como las vivimos. Las cosas son como las recordamos”. El dictamen de Valle Inclán me asalta en este día de febrero lluvioso asturiano. No conocí en persona pero escuché la última conferencia por radio. Otoño de 1958 dos años antes de su muerte. Lo amortajaron con hábito franciscano, cuando se declaró un ateo de toda la vida.

Al gran liberal que no creía en Franco pero que, gracias a él, pudo regresar a su cátedra de Medicina en la Complutense y ser rehabilitado. Pasaba consulta todas las mañanas en el viejo caserón del Hospital Central Museo de Arte Moderno actual.

Si las crujías los patios y las salas de vivisección hablaran los muros de este edificio levantado por Carlos III para la caridad nos contarían historias de mucho dolor humano. El doctor Marañón era un clínico chapado a la antigua de la escuela de Andrés Laguna (su biógrafo don Teofilo Hernando era buen amigo suyo) creyente en la homeopatía.

No hay que recetar demasiado pues decía que no “hay enfermedades sino enfermos”. Marañón se confesaba como un “trapero del tiempo” — no perdía un minuto de su vida, se dormía con un libro en la mano y cuando viajaba  fin de semana a su cigarral toledano en el asiento de atrás de su Chevrolet que conducía un chofer galoneado se leía una obra de teatro o redactaba apuntes para su próximo ensayo— y yo recuerdo aquella voz algo ronca de antiguo fumador empedernido que se había convertido en furibundo antitabaquista con un leve deje de tartamudez hablando de su pasión por los libros.

Si no me hubiese dedicado a la medicina yo habría sido un buen librero. En los libros se encuentra lo mejor que la mente humana haya destilado”.

Ignoro si esta frase se la copió al Caudillo a quien tanto detestaba este viejo liberal poco amigo de los dictadores o fue el propio jefe del Estado quien la tomó dél. Franco también contaba que, de no haber sido militar, le hubiese gustado ser librero de lance. No sé si el Generalísimo hubiera sido capaz de quitarle el puesto a don Alfonso Riudavets el rey de la Cuesta Moyano

Así que nada de banalidades. Time is Money, que dicen os neoyorquinos. Seguramente, esta laboriosidad porque el gran galeno de la Beneficencia se multiplicaba sin haber ganado del cielo el con de la bilocación porque atendía a su vocación de escritor combinándola con la consulta clínica y ese pluriempleo es mucho tomate porque la literatura a mi juicio demanda una dedicación exclusiva.

Tal circunstancia de “surmenage” intelectivo determinó su temprana muerte. Moriría relativamente joven.

Leí “Ensayo biográfico sobre Enrique IV de Castilla y su tiempo”. Lo devoré en tres noches. Quedé maravillado de la sapiencia de don Gregorio que con ojo clínico realizó un retrato psicológico del penúltimo de los Trastámara que pasó a la historia con el remoquete de impotente. Pero nuestro facultativo descifra que su falta de virilidad era solo a medias. El gatillazo lo pegaba solamente con la reina. Funcionaba con las meretrices de Segovia “el rey nuestro Señor había una grande verga e pagaba su débito como cualquier hombre” como cualquier cardador o zurrador de lana del Azoguejo.

A más de eso, tuvo amores con una abadesa de Toledo y con una azafata de su corte, una portuguesa, a la cuala por celo su segunda esposa doña Juana despidió.

Marañón traza una semblanza un tanto peyorativa y sectaria de Enrique IV: los pies planos tendiendo a la soledad y a la melancolía, gustaba de la buena música y se hacía acompañar de una guardia morisca y había en su corte un orfeón de música que al rabel interpretaba canciones melancólicas. Tiempo adelante, descubrí que el retrato de Marañón del infortunado monarca al que siempre persiguió la sombra de la Beltraneja fruto por los visto de los amores de doña Juana con Beltrán de la Cueva se contamina de los prejuicio contra don Enrique a cargo el judío Palencia su biógrafo y de parte de la nobleza y del alto clero que conspiraba contra su persona a favor de su hermanastra Isabel. En suma el doctor Marañón, un liberal de tomo y lomo, aborda la historia con ojo clínico bajo aspectos freudianos “Amiel”, “Historia del Empecinado” “Tiempo Viejo y Tiempo Nuevo” que hoy parecen discutibles. Su prosa, no obstante, es exacta y elegantísima.

Defendió la Medicina privada y de pago. Los practicantes se quedaron sin trabajo. José Antonio Girón y sus falangistas fundaron la Seguridad Social siguiendo las directrices sociales de una Falange entusiasmada con el lema franquista de trabajo fijo, hogar, lumbre y asistencia médica gratuita para todos. Marañón era un enemigo declarado de los falangistas a los que hoy acusan de paternalismo social.

El año en curso 2017, vuelven a flamear aquellas viejas banderas liberales contra la seguridad social. Sufrirían los españoles desheredados aquellos que no pueden volar a Houston para curarse un cáncer pongamos por caso.

Recuerdo que mi abuelo el año 56 tuvo que vender sus fincas para costearse la iguala del cirujano que le operó de una próstata maligna.

Y en esas estamos a día de hoy. Vuelven los liberales. Dios nos libre de los liberales que dijo el otro. He aquí las luces y las sombras de un hombre de ciencia apasionado por la literatura.

sábado, 11 de febrero de 2017

2017-02-24

UNA HISTORIA DE AMOR EN LA HABANA CUBA


HERNANDO DE SOTO DESCUBRIÓ LA FLORIDA Y EL MISSISSIPI

 

En una visita a La Habana Vieja hace ya muchos años. Me encontré junto al Morro un edificio que llamaban el Bastión con sus garitas sobre las poternas mirando al mar por donde llegaban los barcos de España y los cosarios ingleses. En lo alto de la toirre había una veleta que llamaba  los habaneros giraldilla. Detrás de esta rosa de los vientos había una bella historia de amor. Resulta que la esposa del Adelantado Hernando de soto salía todas las tardes a mirar para la mar en la esperanza del regreso del barco donde su esposo Hernando de Soto regresara de Tierra Firme. Se había embarcado con un centenar de su gente y un escuadrón. En aquella expedición el valiente adalid extremeño descubriría el Mississipi, pero él nunca regresó. Fue muerto por una fecha envenenada de un cacique indio que lo traicionó. Don María sigue esperando asomada al Morro de la Habana en efigie de piedra.

La vida heroica y aventuras (sólo pasó 42 años en este mundo) del Adelantado Hernando de Soto vuelve apotegma el título de la novela de Pedro de Lorenzo Cuando los dioses nacían en Extremadura. Este extremeño nacido en el pueblo pacense de Jerez de los Caballeros de origen asturiano es lo que más se parece a in héroe homérico. Es el adalid de los viejos cantares de gesta. Le llamaron el Amadís de la Florida y Centauro de las Indias. Caballero prevenido en frontera hábil jinete prócer de las artes desultorias cabalgó desde Arcansas y Oregón hasta la Patagonia escaló dos veces la cordillera de los Andes. Con un escuadrón de poco más de dos centenares conquistó Nicaragua ─ la más bella y la más amable para los españoles ─ en nombre del emperador que era quinto suyo; ambos nacieron en 1500. Por su apostura viril pese a ser pequeño de cuerpo le valieron la admiración de los caciques quienes le obsequiaron con el “jus primae noctis” de las reglas hospitalarias de la antigüedad y de estas uniones hubieron descendencias, pero don Hernando casaría con doña Juana Hernández su mujer natural la primera española que llegó al Nuevo Mundo en viaje nupcial y como se quejase al esposo de su poca formalidad el extremeño de ascendencia astur sus ancestros provinieran de Soto de Luiña éste le hacía ver que no diese al asunto demasiada importancia pues las indígenas consideraban de poco decoro la guarda de la virginidad “si Dios no lo dio será por algo”. Ellas serán las ermitas pero “vos, señora de mis altos pensamientos sois la catedral”. Así nacería la inculturación y el mestizaje. La conquista es la prolongación de la reconquista. Se embarcan los castellanos a donde nacen las fuentes de la eterna juventud. Aquellos locos andantes habían leído demasiados libros de caballería. El Amadis de Gaula y Lanzarote del Lago eran sus referentes. Lo que vendría tiempo adelante Buffalo Bill y las novelas del Oeste fueron un sucedáneo que empachó nuestras mentes. A los salvajes se les liquidaba, mientras los denominados “conquistadores” (preferiría el nombre de evangelizadores o colonos) les hacían bautizarse por los misioneros y se casaban con sus mujeres. No encuentran el manantial de la eterna juventud y el oro y la plata estaban en su imaginación porque Atahualpa y Moctezuma andaban en taparrabos. Por tanto, ni lo uno ni lo otro. Arrostran los peligros de una naturaleza salvaje con los azares de las alimañas el frio y el calor intenso las flechas enherboladas de los aztecas. Algunas tribus saludan su llegada como si fueran extraterrestres y a la vista de sus caballos y de sus lombardas se llenan de temor porque aquellos hombres blancos irrumpen como heraldos de un tiempo nuevo que habían profetizado sus chamanes.  Poco tienen que ver que estos españoles míticos con los de la cultura del pelotazo.

La exploración de los territorios de lo que hoy constituyen los USA fue la más dificultosa por la adversidad climática y las hostilidades de los pieles rojas. Todos ellos se agrupaban en tribus divididas con distinta lengua y diferentes costumbres. Mutuamente se hacían la guerra.

En el subcontinente las mujeres y los misioneros que predicaban el amor y recriminaban los sacrificios humanos fueron el polo de atracción y el eje de fuerza que determinaría la colonización del Nuevo Mundo en poco más de tres cuartos de siglo. Las Casas hace una interpretación sectaria de aquella magna empresa, la mayor, después de la Creación, a tenor con los cronistas, en la que se embarcaron los españoles. Hombres frágiles pecadores algunos analfabetos e incluso asesinos avanzan detrás de la Cruz Alzada. La gesta hubiera sido imposible sin el concurso de la Providencia. 

Así y todo, el asunto presenta una cara oculta enigmática mesiánica algo milagroso y ahí queda del nombre de Hernando de Soto el primer europeo que avistó la tierra de las vacas corcovadas en el Cañón del Colorado y el descubridor de la Florida. A su muerte tomaría el relevo del extremeño/astur otro asturiano: Pedro Menéndez de Avilés. Poco tienen que ver estos gigantescos españoles con los diminutos españolitos  por su talla moral  de ahora. Somos gentes medrosa y llena de complejos a los que Radio Macuto Ondas de la Conspiración impartiendo noticias deletéreas a todas horas que son consignas a todas horas. Los cantares de gesta dieron paso a los cuentos de Blanca Nieves y los Siete Enanitos. 

 

2017-02-14


VICENTE ALEIXANDRE

 

Nada o muy poco quedó de aquel frenesí. Cerraron el libro, aunque el molino de papel sigue volteando, y pasaron página, no murieron como los buenos soldados se esfumaron aunque su presencia vive.  Una nueva era y parece que fue ayer. Otro mundo.

El poder se nutre de otra savia, quiere otros vates. Nunca arrancarán estos líricos a la moderna la flor de lis del romancero en cuyas fuentes bebieron Lorca y Miguel Hernández, los Machado.

Bajé y subí a bordo de mi guagua atestada de monjas y ex seminaristas, que colgaron la sotana y fueron a estudiar Letras. La cuesta de Belintonia entre conventos de ursulinas y colegios mayores. Fueron los campos elíseos de juventud cuyo recuerdo aflora con las galas de mayo y el poder pujante de abril ahora  que ya soy setentón. Estos pagos tiempo de apuntes preparación de parciales aloran ahora hasta mi perfumados de la tristeza y esperanza de mi adolescencia. La poesía eterna más allá de lo que escriben los poetas. Aleixandre se subió al carro de la Transición. Cuando ganó el premio Nobel octubre de 1977 (estaba yo en Nueva York) nadie había sabía nada de sus libros. Borges con su limitada condescendencia para los españoles todos sabemos que era hispanófobo le llamó autor ripioso. Pero cada vez más la literatura se entrevera con la política y era evidente que en Aleixandre se otorgaba el galardón a un tiempo nuevo de España en democracia aunque a don Vicente no lo conociera ni la madre que lo parió. La deificación del vate fue un hermanamiento de la poesía con la política. En su persona se estaba premiando al cambio. Lorca, Miguel Hernández, Neruda hasta cierto punto y el vasco Cernuda estaban siendo canonizados y de los otros miles de españoles que se amarran al salvavidas de los versos hicieron mutis por el foro. Ello no deja de ser una afrenta a las musas.

Nunca entendí a los modernistas. Sin embargo Vicente Aleixandre habitaba una casa al final del bulevar que define su obra Vicente Belintonia. Sobre las tapias del jardín todo un mirador e Poniente se erguía, llama mística, sobre la cuesta tapia alta con barandilla por donde bajaba yo muchas veces en la guagua del F camino de la Facultad.

Aquel árbol vigiló mis pasos. Muchas vueltas di por el mundo y acabé regresando a él. Quiso el destino que todo ser humano pertenezcan a un territorio y por le Boulevard de Reina Victoria viajó mi alma en transito. El erecto ciprés sutil semblanza del alma extática daba sombra a mis manes. Marcó la ruta de mi destino. Vuelve a casa, pan perdido. Después a lo largo de mis días yo cruzaba la calle paralela a Santiago Ruiseñol centro de mis últimos días laborales, y recibía el saludo de los poetas muertos: Alberti, Rosales, Gerardo Diego, Altolaguirre, Lorca Celaya. Sobre las tapias montaba guardia como un serviola de proa vigilando las trincheras de la gran batalla de Madrid. Fue el cenáculo de los poetas muertos una sucursal de la Residencia de estudiantes.

Belintonia fue el alma Mater de la generación del 27. Una generación literaria que nació del encuentro entre Vicente Aleixandre y Merlo que estudiaba para ingeniero y Dámaso Alonso y Fernández de las Redondas recién licenciado en Románicas. Ambos nacidos el mismo año de 1898. De este encuentro en el veraniego pueblo abulense en 1917 se acordó preparar el centenario de Góngora. De esta forma nació la generación del 27 vía libre a los modernistas. Las nuevas generaciones pedían paso. La poesía del sevillano Aleixandre poesía pura versos para los entendidos y las elites asume los poderes de un movimiento literario en el cual él figura. Un hombre elegante y afable valetudinario con una tuberculosis de riñón que le obligó a guardar reposo. Escribía en la cama y en el dormitorio recibía a sus amigos. Compré en la Espasa Calpe un ejemplar de “Ámbito” fui incapaz de terminarlo. Yo no entendía pero algo debería de llevar el agua cuando la bendicen. La crítica se hizo lenguas de este texto tan literario como inasequible. Su autor fue deificado por los que aseguran conocer los secretos de la poesía pura y a mí, pecador de mí, nada me decían estas líneas de trazado libre que eran una versión en literatura del arte pictórico de Picasso.

A Dámaso Alonso lo conocí en la Facultad de Filosofía y Letras, un catedrático cansado a punto de de jubilarse una caña de vino perronero en la mano. Un destino misterioso me amarró al duro banco de esa galera turquesa que es la literatura y aquel viejecito de la cara redonda metiéndose  trancazos de tintorro para conjurar su desaliento y su melancolía: carmina aurum non dabunt. Estos lingotazos hacían al catedrático que más sabía sobre literatura española un hombre simpático y locuaz que bajaba a beber con los estudiantes.

El maestro andaba muy preocupado por vender su biblioteca no sabía qué hacer con sus libros de toda la vida en los que había invertido todo su peculio — era un experto en el sublime Góngora—. Comprendí mi entelequia escrita en su pensamiento. Madrid era una ciudad poblada de un millón de cadáveres. Fue el verso del viejo profesor el mejor poema de los modernistas. Hoy sin Aleixandre, sin Lorca, sin Miguel Hernández, sin Pedro Salinas, las  cosas fueron a peor. No hay más que escuchar la verborrea de los políticos.

Ellos nos hablan desde otra galaxia. A mí por lo visto el ciprés de Belintonia sigue siendo un faro que me alumbra. Soy un poeta contra todos. La casa que estaba junto al viejo estadio Metropolitano hoy existe. Lugar afable locus amoenus por el cual seguiré hasta que Dios me llame dando vueltas. Girando y girando como un desterrado en torno a estos enclaves que guardan el secreto de mis dioses familiares. Hay ciertas zonas de Madrid como el Retiro quizás sea porque allí está el monumento al diablo que me atraen pero otras como Moncloa, Cuatro Caminos, Atocha, o la cuesta de Moyano que me atraen y esa casa que hace esquina al borde de las Facultades ejercen un influjo magnético. Quizás sea porque caminé por la existencia mirando para el imán de una estrella polar que no existe sino en mi cerebro.

Lunes, 13 de febrero de 2017

CIEN AÑOS DE POESÍA MODERNISTA


VICENTE ALEIXANDRE

 

Nada o muy poco quedó de aquel frenesí. Cerraron el libro, aunque el molino de papel sigue volteando, y pasaron página, no murieron como los buenos soldados se esfumaron aunque su presencia vive.  Una nueva era y parece que fue ayer. Otro mundo.

El poder se nutre de otra savia, quiere otros vates. Nunca arrancarán estos líricos a la moderna la flor de lis del romancero en cuyas fuentes bebieron Lorca y Miguel Hernández, los Machado.

Bajé y subí a bordo de mi guagua atestada de monjas y ex seminaristas, que colgaron la sotana y fueron a estudiar Letras. La cuesta de Belintonia entre conventos de ursulinas y colegios mayores. Fueron los campos elíseos de juventud cuyo recuerdo aflora con las galas de mayo y el poder pujante de abril ahora  que ya soy setentón. Estos pagos tiempo de apuntes preparación de parciales aloran ahora hasta mi perfumados de la tristeza y esperanza de mi adolescencia. La poesía eterna más allá de lo que escriben los poetas. Aleixandre se subió al carro de la Transición. Cuando ganó el premio Nobel octubre de 1977 (estaba yo en Nueva York) nadie había sabía nada de sus libros. Borges con su limitada condescendencia para los españoles todos sabemos que era hispanófobo le llamó autor ripioso. Pero cada vez más la literatura se entrevera con la política y era evidente que en Aleixandre se otorgaba el galardón a un tiempo nuevo de España en democracia aunque a don Vicente no lo conociera ni la madre que lo parió. La deificación del vate fue un hermanamiento de la poesía con la política. En su persona se estaba premiando al cambio. Lorca, Miguel Hernández, Neruda hasta cierto punto y el vasco Cernuda estaban siendo canonizados y de los otros miles de españoles que se amarran al salvavidas de los versos hicieron mutis por el foro. Ello no deja de ser una afrenta a las musas.

Nunca entendí a los modernistas. Sin embargo Vicente Aleixandre habitaba una casa al final del bulevar que define su obra Vicente Belintonia. Sobre las tapias del jardín todo un mirador e Poniente se erguía, llama mística, sobre la cuesta tapia alta con barandilla por donde bajaba yo muchas veces en la guagua del F camino de la Facultad.

Aquel árbol vigiló mis pasos. Muchas vueltas di por el mundo y acabé regresando a él. Quiso el destino que todo ser humano pertenezcan a un territorio y por le Boulevard de Reina Victoria viajó mi alma en transito. El erecto ciprés sutil semblanza del alma extática daba sombra a mis manes. Marcó la ruta de mi destino. Vuelve a casa, pan perdido. Después a lo largo de mis días yo cruzaba la calle paralela a Santiago Ruiseñol centro de mis últimos días laborales, y recibía el saludo de los poetas muertos: Alberti, Rosales, Gerardo Diego, Altolaguirre, Lorca Celaya. Sobre las tapias montaba guardia como un serviola de proa vigilando las trincheras de la gran batalla de Madrid. Fue el cenáculo de los poetas muertos una sucursal de la Residencia de estudiantes.

Belintonia fue el alma Mater de la generación del 27. Una generación literaria que nació del encuentro entre Vicente Aleixandre y Merlo que estudiaba para ingeniero y Dámaso Alonso y Fernández de las Redondas recién licenciado en Románicas. Ambos nacidos el mismo año de 1898. De este encuentro en el veraniego pueblo abulense en 1917 se acordó preparar el centenario de Góngora. De esta forma nació la generación del 27 vía libre a los modernistas. Las nuevas generaciones pedían paso. La poesía del sevillano Aleixandre poesía pura versos para los entendidos y las elites asume los poderes de un movimiento literario en el cual él figura. Un hombre elegante y afable valetudinario con una tuberculosis de riñón que le obligó a guardar reposo. Escribía en la cama y en el dormitorio recibía a sus amigos. Compré en la Espasa Calpe un ejemplar de “Ámbito” fui incapaz de terminarlo. Yo no entendía pero algo debería de llevar el agua cuando la bendicen. La crítica se hizo lenguas de este texto tan literario como inasequible. Su autor fue deificado por los que aseguran conocer los secretos de la poesía pura y a mí, pecador de mí, nada me decían estas líneas de trazado libre que eran una versión en literatura del arte pictórico de Picasso.

A Dámaso Alonso lo conocí en la Facultad de Filosofía y Letras, un catedrático cansado a punto de de jubilarse una caña de vino perronero en la mano. Un destino misterioso me amarró al duro banco de esa galera turquesa que es la literatura y aquel viejecito de la cara redonda metiéndose  trancazos de tintorro para conjurar su desaliento y su melancolía: carmina aurum non dabunt. Estos lingotazos hacían al catedrático que más sabía sobre literatura española un hombre simpático y locuaz que bajaba a beber con los estudiantes.

El maestro andaba muy preocupado por vender su biblioteca no sabía qué hacer con sus libros de toda la vida en los que había invertido todo su peculio — era un experto en el sublime Góngora—. Comprendí mi entelequia escrita en su pensamiento. Madrid era una ciudad poblada de un millón de cadáveres. Fue el verso del viejo profesor el mejor poema de los modernistas. Hoy sin Aleixandre, sin Lorca, sin Miguel Hernández, sin Pedro Salinas, las  cosas fueron a peor. No hay más que escuchar la verborrea de los políticos.

Ellos nos hablan desde otra galaxia. A mí por lo visto el ciprés de Belintonia sigue siendo un faro que me alumbra. Soy un poeta contra todos. La casa que estaba junto al viejo estadio Metropolitano hoy existe. Lugar afable locus amoenus por el cual seguiré hasta que Dios me llame dando vueltas. Girando y girando como un desterrado en torno a estos enclaves que guardan el secreto de mis dioses familiares. Hay ciertas zonas de Madrid como el Retiro quizás sea porque allí está el monumento al diablo que me atraen pero otras como Moncloa, Cuatro Caminos, Atocha, o la cuesta de Moyano que me atraen y esa casa que hace esquina al borde de las Facultades ejercen un influjo magnético. Quizás sea porque caminé por la existencia mirando para el imán de una estrella polar que no existe sino en mi cerebro.

Lunes, 13 de febrero de 2017