2024-08-23

 

LOS GRITOS DE LA MATE PORQUE ERA MIA AUMENTAN PESE A CAMPAÑAS CONTRA VIOLENCIA DE HOGAR.


GUERRAS GENÉRICAS


De celos hasta los cielos y el vino y la mujer la razón hace perder la jodienda sin enmienda y a un pobre párroco giennense se le ha caído el pelo por decir no sé qué en una homilía sobre el marido borracho que llegaba a casa y cutía a la parienta pero no la mataba pues in illo tempore había un respeto, un cierto temor de Dios que brilla por su ausencia en esta España apostataría de sus costumbres y estirpe por más que el crimen pasional ha sido asunto de toda la vida y al parecer sin solución y llegan las redentoristas del femineo sexu y se rasgan el sostén con un movimiento sexy a lo pussy diciendo: “ha blasfemado, ese cura a la hoguera”. Vivimos con el alma en vilo en esta democracia bajo la amenaza constante de nuevos autos de fe. No conviene irse de la lengua. Los tiempos dan miedo y por cualquier nimiedad te expones a toda clase de perjuicios judiciales, multas desorbitadas, venganzas y ajusticiamientos. Hoy son tratados como reos quienes piensan por su cuenta cayendo en las garras de la mojigatería, la doblez, el cinismo o el rigorismo de los nuevos padres del Santo Oficio.


Casi todo el refranero español tendrá que ir a la hoguera y la mayor parte del teatro del Siglo de Oro so color de contener herejías contra lo políticamente correcto porque hay un ojo constante que vigila y los alguaciles de Gallardón el ministro del Sionismo Internacional tiene a su alcance muchos tentáculos, poca piedad y mano larga.


Por supuesto hay que matizar; a los seguidores de la secta mahometana se les medirá con vara menos rigurosa pues la “sariya” admite el asesinato del adultero y la adultera cuando el marido les pilla en el garlito (ocurrió el otro día en un pueblo de Madrid un marroquí degolló a la parienta y a su novio mató de siete puñaladas después de castrarlo). El delito del moro celoso no entra en las casillas de la violencia de género sino en otras casillas.


Es lo que se denomina crímenes de honor tan frecuente a lo largo y a los ancho de las cuartetas- porque los españoles siempre fuimos algo moros- de nuestro romancero “unos dicen que matarla y otros que arrastrarla de la cola de una yegua… muy cerquita de Burgos hay una pequeña aldea etc”)


Por desgracia nunca acabarán tales truculencias porque la mujer es estopa y el hombre es yesca y ha perdido su antigua dignidad matriarcal siendo tratadas como un objeto de deseo al desterrarse de nuestro código penal la palabra adulterio. Estoy por decir que el islam es más justo y sabe cómo lidiar con la situación- traigamos entonces la sariya a España.


Dios nos libre los nuevos libertarios se han propuesto acabar con las familias y castrar al macho ibérico. Si te los planta tu señora has de quedarte quieto o resignarte a convertirte en un capón sin remedio o pasear con toda dignidad calle arriba calle abajo los cuernos.


De lo contrario los corchetes de la nueva vigilancia inquisitorial vendrán en tu busca, te aguarda mucha chirona, amigo y mucho aborrecimiento ay de aquel que diga la maté porque era mía. El gran diseño apunta en su tarja maldita la muesca de las mujeres asesinadas llevando la cuenta de las que han caído en lo que va de año que cada vez crecen en número.


Acto seguido, vienen los lacitos rojos los lacitos negros y los plantes a medio día a las puertas consistoriales del lugar donde hubo el caso con la guarda de dos minutos de silencio para condenar el atropello. A continuación el sermón laico del concejal socialista o del alcalde pepero de turno condenando la violencia de genero con un nunca más.


A los pocos días el mismo suceso se repite en cualquier lugar de la Piel de Toro con lo que aumenta el número de víctimas. Debe de ser porque en este asunto algún desaprensivo tiene montado un negocio mediatico o de lo que sea. Quien verdaderamente sufre es la prole, ay esos pobres hijos, de estos casamientos destrozados mientras políticos y periodistas cacarean conniventes en cierto modo con la infamia.





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