2025-08-13

 PROSAS RUSAS

“El verdadero arte de la palabra no predica ni filosofa sencillamente ama” Máximo Gorki. La buena literatura es el arte del amor y del perdón pero es también la defensa de los humillados y ofendidos de la tierra. 

Cumple una misión social de crítica independiente. Por eso la escritura sometida al poder político es amordazar el arte. Y Rusia embruja, atrapa. Cuando caes en sus redes resulta muy difícil desembarazarte de su trabazón. Rusia duele. Es un gozo también y una sombra protectora que los del Gran Sanedrín quisieran hacer desaparecer. Les estorba.

Cuando vivía en Londres leí un libro de un inglés ya no recuerdo su nombre que demostraba que Rusia es el molde de un enigma, una fuerza que atrapa y subyuga, diríase que es un poder mesiánico y yo lo experimenté acudiendo a las misas en ruso que se celebraban en una iglesia de South Kensington la feligresía y el clero estaba integrada por exilados de la revolución de octubre, una cosa me quedó clara de aquella experiencia: el cristianismo bizantino es algo mágico, ritos que no se entienden pero maravillan y yo me sentía en el paraíso escuchando el canto diaconal en aquellas liturgias. 

Estaba tan abstraído que era capaz de pasar dos horas de pies. 

Esencial de aquellas celebraciones eran los himnos a la Virgen, andando el tiempo supe que en la vieja Rusia iban y venían a lo largo del inmenso país unos hombres y mujeres extraños que se tiraban al monte en peregrinación para purgar sus pecados llevando por todo equipaje un rosario, el evangelio de san Juan y un mendrugo de pan en el zurrón. 

Llegaban a un pueblo y buscaban hospedaje en una casa, picaban a la puerta diciendo la paz contigo hermano. Si eran acogidos decían bendito sea Dios.

 Si no, la paz vuelva a mí. Aparte de la escritura los yurovidi portaban un libro “Josdenie Bogoroditse po mykam” Camino de la Virgen por el dolor, había que beber el cáliz del dolor yendo por el mundo para ser purificados. Como hizo Nuestra Señora durante su vida oculta hasta su muerte en Efeso.

 Y en este libro medieval arranca la literatura  rusa que era eminentemente religiosa y de carácter oral. Las leyendas, los cuentos aprendidos de memoria e incluso los evangelios pasaban de padres a hijos de boca en boca. 

Pushkin conviritió el carácter religioso de esta literatura en algo más profano (Eugenio Oneguin). 

Sin embargo, el carácter mesiánico de defensa de los oprimidos pervive a través de los maestros de la literatura rusa incluso durante la época atea tras la revolución de octubre. 

Y esto es así no porque lo diga yo y por mucho que les cueste admitir este hecho ineluctable a los rusofobos. 

Machacar y difamar a Rusia estuvo muy de moda pero puede ser que en adelante no sea así.

martes, 12 de agosto de 2025


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