2022-12-24

 

LO QUE NO SUPO VER LUTERO

 

Hoy es Nochebuena noche de gaita pandero porque Jesús ha nacido. Es el Dios verdadero. Yo velo mis armas enfrascado en la vida de un personaje que siempre me fascinó: Martin Lutero. He vivido en Inglaterra país en gran medida protestante donde me encontré con personajes de mucho mejor lámina moral que en la católica España y entiendo algunos aspectos de la moralidad luterana: su rechazo de la pompa y el fasto. Propugnando un cristianismo no frills Quería unas iglesias a palo seco sin altares sin santos en la hornacina y sobre todo en su acrimonia contra el papado.

 En vista de como andan las cosas en la iglesia católica dirigida por Bergoglio creo que lleva razón. El actual pontífice se asemeja muy bien como político intrigante y demoledor de la tradición a los papas de Roma en la época de este agustino rebelde que dio a su pesar en rebelde: León X y Clemente VII eran dos señores de la guerra. Este último pontificaba en 1527 cuando el Saco de Roma.

Algunos soldados españoles en son de mofa coronaron papa en la basílica de San Pedro a Martin Lutero. Sin embargo, Adriano VI el famoso Adriano de Utrecht que era también alemán al igual que el emperador Carlos V fueron lenibles y tolerantes con sus ideas, unas ideas que incendiaron a la cristiandad y Europa dejaron de ser las que habían sido.

No entendía el arte, las maravillosas catedrales y el afán que tuvo la Iglesia de construir la ciudad de Dios. Siendo agustino no entendió a su patrón el obispo de Hipona ni a los griegos.

 Su fórmula se basaba en la escueta escritura. Era un fundamentalista que enemigo de la guerra y propugnando la paz causó el tiempo bélico con que arranca la edad moderna con las guerras de Flandes, el papado, Francisco I y Enrique VIII.

Él no marraba en su teoría sobre las indulgencias, las reliquias, las peregrinaciones y los sacramentos, la transustanciación, peregrinaciones. Se desentendió de un cristianismo que conectaba con la antigua mitología sincretista y precristiana que Cristo, el cristo que él tanto amaba, vino a redimir.

Los árboles ya digo no le dejaron ver el bosque. es un personaje adusto lleno de contradicciones: ascético y bebedor que con su teoría sobre la Justificación por la fe dio en libertino. No erraba en su recomendación sobre la abolición del celibato (se casó con una ex monja agustina Catalina Bora con la cual tuvo seis hijos) se proclamaba manso de corazón y remató en violento.

Riñendo con sus amigos como Melachton, el ex fraile suizo Zwinglio con el cual tuvo peleas que hicieron época cuando Zwinglio se reía de su teología sobre la Cena echándole en cara a Martin: “los luteranos queréis comer a Dios y beber su sangre, sois unos antropófagos, diabólica calumnia. Con Erasmo de Rotterdam chocó. porque decía que era un sibarita, un humanista, y gracias a Erasmo pudo verter el evangelio griego al alemán. Rompieron las amistades y el humanista flamenco renunció a la exhortación de Lutero a renuncias a sus votos (Erasmo era fraile también) y se quedó en la iglesia católica.

Lutero me ha hecho amar la ortodoxia. Yo prefiero la fe del carbonero. No la toquéis más que así es la rosa y me llamo a altana bajo la sentencia de Tomás de Aquino “credo quia absurdum”.

Todas las reformas acaban de mala manera. Saturno devora a sus hijos; ocurrió con el cisma inglés de Enrique VIII y sus crueldades que lo convirtieron en Barba Azul. O los revolucionarios de la Vendome en 1789. No la toquéis más. Credo quia absurdum.

El rey temporal y el rey espiritual, el Vaticano con este Pontífice tiene más de lo primero que de lo segundo, pero los papas vienen y van. Lo suyo es pasar y muchos de ellos olvidan la proclama que han de escuchar en su coronación pontifical. Pater sancte sic transit gloria mundi. Así pasa la gloria del mundo.

 Lo nuestro es pasar algo en lo cual esta Nochebuena debe militar Bergoglio y todos sus lacayos de la COPE. Han dado de lado la gran teoría mística entre sustancia y accidente. Los papas vienen y van. Son el accidente.

Cristo es la sustancia, está en la historia. Coincido en eso con el heresiarca alemán. Su palabra no pasará. Pero a Lutero le sobró entusiasmo debelador y le faltó la humildad del cristiano que se ve sumido en un mar de incógnitas y se agarra a la tabla de la fe para salvarse del naufragio.

Tampoco condeno yo a Lutero ni lo excomulgo. Creo que obraba de buena fe, pero le faltó perspectiva y autocritica. Hay curas muy soberbios que se creen en posesión de la verdad. Cuando clavó Lutero sus 95 tesis a las puertas de la catedral de Wittemberg había bebido más de la cuenta. Dicen sus biógrafos que le daba al trinquen y por su paladar pasó mucha cerveza. Soplen y marchen que hoy es Nochebuena.

24/12/2022

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