Fueron los grandes enterradores de la Unión Soviética Chernomuyrdin, Gorbachev y otros como el propio Sajarov casi todos de origen judío, o ese ricacho que compró dos clubs de fútbol en Inglaterra. Eran los "aparachik" magnates del dinero. Los instalados y altos funcionarios del régimen soviético.
Rusia es el país más grande del mundo y de los más ricos. Se lo llevaron crudo y emigraron al extranjero. Creían que Putin iba a ser uno de ellos pero el patriotismo de Volodia iba por otras veredas.
Media Costa del Sol es de estos mafiosos, traficantes de droga y de armas, crímenes organizados, y prostitución. Ya se acabó el dinero y hay que volver a la revolución. ¿Cómo? invocando a Trotsky y quemando la estatua de Stalin o inundando el mundo entero de prostitutas rusas. Las beldades rusas son las zarinas de la red bajo el yugo de los capos sionistas.
Quieren una liquidación por derribo desde dentro y ahora ha surgido ese cipayo un verdadero engendro de Chernobil Alexei Novolni que trabajaba para los alemanes y los americanos. Sus seguidores han llenado las calles de San Petersburgo de furor. Han sacado a relucir el código Rache (rabia y desquite) del que hablaba Trostky revolución permanente y a toda mecha en sus libros como en Cataluña. Esos que quisieron el otro día quemar a un mosso de Escuadra no eran catalanes. Revolucionaron las calles de París Paris o del mismo Washington. Tienen a sus servicio a las nuevas hordas entrenadas para la guerrilla urbana y con ellos ha surgido en Rusia el espectro del pope Agaton, aquel cura rojo que en 1905 mandó al desolladero a miles de rusos inocentes acribillados por la guardia zarista. Ese es Novalny un iluminado un loco una fuerza extranjerizante un cipayo del que se sirve Biden (Dios nos libre de los belicosos demócratas) para amenazar a Putin. Si no me lo excarcelas Vladimir habrá sanciones. Toda una conspiración. Se me parten las carnes y ahora a mí que no me vengan que esta es cuestión de derechos humanos. Se trata simplemente de una nueva forma de hacer la guerra a lo cobarde llenando las mentes de las multitudes y de esos pobres chicos descamisados de serrín.
A la vuelta lo venden tinto, so mamones. Es que otra vez van a por Putin. El líder ruso que se niega a pasar por sus horcas caudinas globalizantes, les estorba. Y esto puede ser peligroso para la paz del mundo.
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