Son muy conocidas las imágenes televisivas que en 2010 protagonizó el entonces presidente venezolano Hugo Rafael Chávez Frías en la plaza Bolívar de Caracas frente al edificio La Francia dirigiéndose a una joyería.
Más conocida aún fue la expresión que allí mismo pronunció: ¡“ Exprópiese”!
Esas imágenes formaban parte de un programa oficial de la televisión chavista en la que el mismo presidente se promocionaba y a la vez, enaltecía ante sus súbditos su forma de gobierno. Vamos, el proceder habitual de los sátrapas actuales.
Recientemente, en España, sí en España hemos tenido un caso similar, no de tanto calado pero en la línea del que se autodefinía comandante de la República bolivariana de Venezuela.
Hace pocos días hemos conocido que nuestro ministro de Asuntos Exteriores José Manuel Albares, apodado por sus subordinados como , ¿dónde quedamos , ha adoptado una decisión similar en las formas a la descrita anteriormente por el comandante Chávez.
Napoleonchu, imitando al tirano venezolano se ha pronunciado en estos términos: “Retírese”, ordenando que desapareciera un retrato de Francisco Gómez – Jordana y Sousa de la Escuela Diplomática.
El teniente general Gómez – Jordana (1876 -1944) fue un militar y diplomático que sirvió a las órdenes de Alfonso XIII y de Francisco Franco ostentando entre otros cargos el de Alto Comisario en Marruecos en el antiguo Protectorado español. En 1938, en el primer gobierno del entonces bando nacional, fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores, cargo que repitió en 1942 sustituyendo a Serrano Suñer.
El general Gómez – Jordana ocupó por segunda vez el cargo de ministro de Asuntos Exteriores en unos momentos convulsos y muy complicados para España en plena segunda guerra mundial de manera excelente y muy eficaz. En noviembre de 1942 fundó la Escuela Diplomática en la que figuraba un retrato suyo hasta que el comandante Napoleonchu, a modo del tirano Chávez, pronunció el “ Retírese”. Desconozco los motivos del “Retírese” pero intuyo dada la personalidad de este ministro títere de “su puto amo” – Óscar Puente dixit – que serán los mismos por los que en su día ordenó retirar todos los vestigios de la época del Generalísimo Franco en las Embajadas y hace pocas semanas el cese y retirada de la embajadora en Argentina.
Así es Napoleonchu, nuestro ministro, ni más ni menos que de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. Un lacayo de Pedro Sánchez incluso antes de que Napoleonchu ocupara como ministro el palacio de Santa Cruz.
El sectarismo, quizá odio, de este aprendiz de Chávez está a la altura de Baltasar Garzón, el que fuera juez estrella y que según él veía amanecer a diario y que luego resultó ser un juez prevaricador. Garzón, en la actualidad abogado de causas perdidas en Iberoamérica,en 2008, cuando aun ejercía de juez imputó por “delitos de detención ilegal y crímenes de guerra” a Gómez – Jordana….hasta que comprobó que el ex ministro de Asuntos Exteriores había fallecido ¡ 74 años antes!
Estas son las personalidades de Albares y Garzón: un ministro títere y sectario con tintes chavistas y un ex juez prevaricador y resentido.
Francisco Gómez – Jordana y Sousa
La Justicia, no obstante, ha puesta las cosas en su sitio, nunca mejor dicho. El retrato del fundador de la Escuela Diplomática Francisco Gómez – Jordana y Sousa ha vuelto a su lugar gracias a las acciones de uno de sus nietos y en su día, el esperpento que organizó Garzón imputando a treinta cinco personas, todas fallecidas, de los gobiernos de Franco quedó archivado pues no se sostenía. Eso sí, él fue expulsado de la carrera judicial posteriormente.
Napoleonchu, ¿para cuándo la próxima?
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