Siento admiración y profundo respeto hacia el pueblo de Vietnam humilde, valiente que tuvo el coraje de ganar la guerra a los norteamericanos y echarlos de su territorio a pesar de su crueldad y del napalm. Colacionando este conflicto con el que padece ahora Rusia. Los gringos se han volcado en ayuda de armas, pertrechos, dinero, nueva tecnología militar al fascista de Zelenski, que cuenta con el apoyo ciclópeo inexorable de los medios de comunicación occidentales. Se ha articulado una matanza a orillas del Dniéper y los usacos en su actitud de muñidores de guerras y de conflictos están programando una guerra vicaria. Una guerra de atrición. Han convertido los llanos ucranianos y sus fértiles tierras en campo de tiro para probar sus instrumentos de matar. Rusia posee armas nucleares, pero se abstiene de utilizarlas. Estoy seguro de que si hubiera sido al revés y los americanos se sintieran atacados, no dudarían en dispararlas. Ya lo hicieron en Japón y en Vietnam, no tuvieron escrúpulos de atacar a los vietcongs con armas bacteriológicas como el napalm. Guardemos la memoria de Ho Chi Mihn que derrotó al ejército más poderoso del globo. David venció a Goliat
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