Ya dije que padezco de cremnofobia (miedo a los abismos) y es un abismo el que tengo delante por el que quisiera despeñarme en busca del criador. Pero tales ideas en las que me vuelco no son intempestivas sino que van muy bien encarriladas al mundo de hoy. Por lo demás, sólo sé que no sé nada, ignorante de mí. Alguien guía mis dedos sobre el tablero del ordenador aunque mis pies hayan andado descarriados. ¿Es este mi camino de Damasco en el que con Saulo estoy siendo derribado? En todo caso: Shalom. La búsqueda prosigue.
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