SOBRE LA EXALTACIÓN DE LA PRECIOSA CRUZ
La señal de la Cruz es aterradora para los demonios y, como señal de Cristo, es honrada por los cristianos.
"Oh Señor, salva a Tu pueblo y bendice tu herencia.
Concede la victoria a los cristianos ortodoxos sobre sus adversarios,
y por la virtud de Tu Cruz, preserva Tu habitación."
El comienzo de esta oración está tomado del Salmo vigésimo séptimo. En el Antiguo Testamento, la palabra "pueblo" designaba sólo a aquellos que confesaban la verdadera fe, personas fieles a Dios. "Herencia" se refería a todo lo que pertenecía propiamente a Dios, propiedad de Dios, que en el Nuevo Testamento es la Iglesia de Cristo. Al orar por la salvación del pueblo de Dios (los cristianos), tanto de los tormentos eternos como de las calamidades terrenales, suplicamos al Señor que bendiga, que envíe gracia, Sus buenos dones también sobre toda la Iglesia, y que la fortalezca interiormente.
La petición para otorgar "victoria a los reyes" (Conceder victoria a los cristianos ortodoxos sobre sus adversarios) (es decir: a los portadores de la autoridad suprema), tiene su base en el Salmo 143, versículo 10, y recuerda las victorias del rey David logradas por el poder de Dios, y del mismo modo las victorias otorgadas al emperador Constantino a través de la Cruz del Señor.
Esta aparición de la Cruz convirtió a los emperadores que anteriormente habían perseguido a los cristianos en defensores de la Iglesia de sus enemigos externos, en "obispos externos", para usar la expresión del santo emperador Constantino. La Iglesia, interiormente fuerte por la gracia de Dios y protegida exteriormente, es, para los cristianos ortodoxos, "la ciudad de Dios". La Jerusalén celestial tiene su comienzo. Diversas calamidades han sacudido el mundo, pueblos enteros han desaparecido, ciudades y estados han perecido, pero la Iglesia, a pesar de las persecuciones e incluso de los conflictos internos, es invencible; porque las puertas del infierno no prevalecerán contra ella (Mateo 16:18).
Hoy, cuando los líderes mundiales tratan en vano de establecer el orden en la tierra, el único instrumento confiable de paz es aquel sobre el cual la Iglesia canta:
"La Cruz es la guardiana del mundo entero; la Cruz es la belleza de la Iglesia, la Cruz es el poder de los reyes; la Cruz es la confirmación de los fieles, la Cruz es la gloria de los ángeles y la herida de los demonios". (Exapostilarion de la Exaltación de la Cruz)
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9/25/2010
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