ALDEANUEVA DE CODONAL UN PUEBLO SEGOVIANO DESAMORTIZA SU IGLESIA PARROQUIAL
En Hervás judíos los más y en Segovia y en Toledo judíos enteros, reza el refrán y de Segovia ni la burra ni la novia ni tampoco la mujer. Los de Sanchonuño cagan en un puño.
Fuentesoto culo roto etc. no vamos a cantar aquí el prefacio de las siete villas que entonaba mi abuelo durante la trilla pero es que mis paisanos son así como muy ahorrativos y recontrajodidos.
Santa Teresa que los conocía bien y tuvo en la ciudad sus sufrimientos y murmuraciones de que se entendía con su confesor el fraile chiquito bajó de la mula y se descalzó al llegar a la venta de san Pedro Abanto las zapatillas y las recudió en una piedra al grito de Segovia ni el polvo de las zapatillas y no volvió más a pasar bajo los arcos del acueducto.
Claro que la santa era de Ávila y segovianos y abulenses primos hermanos siempre tuvieron sus más o menos. Porque resulta que los del cochinillo y el chorizo de Cantimpalos son pueblo de conversos y tornadizos pero yo aunque me nacieron allí soy de Oviedo y no conozco el miedo.
Esto viene a cuento del pleito interpuesto por los vecinos de un pueblo morañero Aldea de Codonal con el obispo pues por lo visto reclaman la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. alegan que el templo es suyo y lo quieren legar en la hijuela de sus descendientes.
Pues sí que estamos buenos. Ciertamente es un hecho que la iglesia católica en España es una gran inmobiliaria y en Segovia ciudad de acarreo un 75 por ciento las fincas pertenecen a la diócesis.
Recuerdo por ejemplo aquella cerca del Terminillo donde yo iba a pasear con don Benedicto y el deán Revuelta y don Hilario el archivero y que buena caminata y qué hermosura ver florecidos los almendros en los días soleados de febrero.
Ahora han hecho allí un hotel lo mismo que el palacio de san Esteban una joya arquitectónica a los pies del ebúrneo campanario de San Esteban. Una nueva desamortización está en marcha con arreglo a los dictámenes del Papa nuevo que quiere deshacerse de iglesias y conventos. !Ay mi seminario vacío, ay mis ermitas románicas donde anidan las golondrinas!
La iglesia fue un foco de cultura y de generosidad. Cierto manos muertas pero he conocido a canónigos que no llegaban a fin de mes y a capellanes como don Valeriano Pastor más pobre que una rata que murió en la miseria. Él me enseñó a amar el latín. Y don José del Moral que me inició en los secretos de las melodías del canto coral un amor que fue conmigo siempre.
Todos los curas segovianos que conocí practicaban la pobreza en grado franciscano y todo lo más que tenían era un buen pasar para dedicarse a la especulación, a sus libros.
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